Acusado de fraude financiero por la fiscal del estado de Nueva York, el poderoso lobby estadunidense de las armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) no podrá ser disuelta por la justicia, dictaminó un juez neoyorquino el miércoles.
Tras una decisión de la división comercial de la Corte Suprema del estado de Nueva York, el juez Joel Cohen estimó no obstante que la fiscal Letitia James estaba justificada al buscar destituir legalmente al dirigente histórico de la NRA, Wayne LaPierre, sospechoso de apropiación indebida de bienes sociales y corrupción.
Aunque la investigación de James descubrió un “siniestro caso de avaricia, actos de beneficio personal y laxitud fiscal”, no logró probar que la NRA se beneficiara directamente de la supuesta malversación financiera, lo que justificaría la disolución de la organización, según Cohen. “La demanda (civil de la fiscal) no alega que hubo perjuicio público, el elemento central en la ley para imponer la ‘pena de muerte a una empresa’, es decir, una disolución”, escribió el juez de Nueva York.
Pero James sigue teniendo derecho a arremeter contra los dirigentes de la NRA, incluido su presidente desde 1991, LaPierre, acusado por la justicia de tener un “desprecio total por la gobernanza empresarial”.
Tras 15 meses de investigación, la fiscal, una demócrata, presentó una denuncia en agosto de 2020 contra la NRA y LaPierre, acusándoles de apropiación indebida de bienes sociales y pidiendo la disolución de la asociación conservadora y la destitución de su líder, quien negó las acusaciones. Según James, LaPierre utilizó ilegalmente fondos de la NRA para llevar a su familia regularmente a las Bahamas para unas vacaciones de lujo.
Este poderoso lobby político de Estados Unidos, que ha inyectado millones de dólares a campañas electorales del partido republicano, había intentado sin éxito en mayo de 2021 trasladar su sede legal y corporativa de Nueva York a Dallas, Texas, y declararse en quiebra.
En realidad, la asociación tiene su sede en Virginia, un suburbio de Washington. Desde hace 150 años, la NRA defiende una lectura literal de la segunda enmienda de la Constitución estadunidense sobre el “derecho” del pueblo a tener y portar armas de fuego.
(milenio.com)