Roma.- América Latina ha tenido una reducción significativa del hambre en comparación con otras regiones del mundo, consideró hoy la directora para América Latina y El Caribe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Josefina Stubbs.
“En el caso de América Latina en este momento el hambre está en torno al 4.3 por ciento (de la población) o 34 millones de personas con hambre, pero eso es una reducción significativa de lo que teníamos”, dijo Stubbs.
Resaltó, sin embargo, que es inaceptable que en la región haya 34 millones de personas con hambre, sobre todo si se considera que se trata de América, un continente en el que -con pocas excepciones-, los países son de ingreso medio y sus economías siguen creciendo.
Tras participar en la presentación del informe anual sobre el hambre de la ONU bajo el título “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2015”, en la sede de la FAO en Roma, Stubbs dijo que en la región ha habido avances “muy importantes” en el combate al hambre.
Al respecto, destacó los casos de Brasil, Chile, Cuba, República Dominicana, Nicaragua, Perú, Uruguay, Venezuela y algunas islas del Caribe como San Vincent y las Granadinas.
Resaltó que todavía hay países que mantiene un alto nivel de desnutrición, como es el caso de Argentina o Barbados, mientras naciones como Guatemala o el mismo Brasil tienen bolsones muy grandes de desnutrición.
De acuerdo con el informe de la ONU, en América Latina la prevalencia de la subalimentación ha caído de 13.9 por ciento que había en el periodo 1990-1992, a menos de cinco por ciento en el que comprende 2014-2016.
Pese a ello, advirtió que como en otras regiones se observan diferencias importantes entre los países y las subregiones, como la centroamericana, que ha registrado progresos mucho menores que América del Sur o que América Latina en general.
El informe apuntó que los índices de hambre en la actualidad se encuentran por abajo del umbral de cinco por ciento en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, la República Bolivariana de Venezuela y Uruguay.
Stubbs comentó que México debe eficientizar muchos de los programas y subsidios que llegan a sus zonas rurales. “Pero sobre todo, es necesario coordinar mejor las intervenciones que hacen los sectores público y privado”, dijo durante la entrevista.
Reconoció que México es uno de los países donde todas las agencias de la ONU que combaten el hambre y la pobreza trabajan muy cerca con el gobierno para ver de que manera los recursos pueden manejarse de manera más efectiva y con mucho mayor impacto.
“Sabemos que México tiene grandes programas de transferencias condicionadas que han tenido un efecto positivo en la reducción de la pobreza”, dijo al referirse a proyectos como el programa Oportunidades, que busca reducir la pobreza con programas de asistencia social condicionada a las acciones de los receptores.
“Ahora la pregunta es cómo hacemos más productivos a todos esos millones de pobres que están bajo los programas de transferencias condicionadas”, puntualizó.