Ante la desaceleración económica mundial, México y Brasil comenzaron una nueva relación estratégica a la altura de las dos grandes economías de América Latina, aseguró la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Convencida de la importancia que tiene esta relación, Rousseff destacó que su visita a México abre grandes posibilidades de intercambio en diversos sectores para un mercado de consumo de 320 millones de personas que viven en ambos países.
“No somos países competidores”, por el contrario “tenemos industrias desarrolladas, somos países emergentes, buscamos la justicia y la inclusión social”, destacó la presidenta de Brasil.
“A partir de este momento todo estará basado en la convicción y en la conciencia de que para ambos países nuestra relación es crucial, para la prosperidad y también para la generación de ingresos y de empleo, nosotros podemos ganar con todo esto”, puntualizó la jefa de Estado.
Rousseff reconoció que en el escenario actual de desaceleración económica mundial, en el cual han sido afectados los países emergentes de Latinoamérica, México y Brasil tienen que tomar conciencia de “que aquel súper ciclo de los precios, de las materias primas, de los Commodities, no únicamente me refiero al petróleo, también los minerales y también los alimentos; que provocó en todos los países de América Latina en su conjunto, una reducción en el crecimiento, lo que tenemos que hacer ahora es apostar en nuestros mercados internos, en la integración regional, por eso empecé hablando sobre la importancia del mercado de 320 millones de personas”.
La mandataria brasileña comentó las posibilidades que hay en el sector energético después de lo que calificó como una de las “grandes reformas” hechas por México.
La empresa petrolera Petrobras, dijo, ya explota pozos en aguas profundas en conjunto con empresas internacionales en la zona del Golfo de México, en la parte de Estados Unidos, este puede ser un espacio de alianza para trabajar con Pemex, en la zona del Golfo de México.
“Para nosotros sería muy importante una alianza con Pemex del lado mexicano, del Golfo de México; tenemos todo el interés en que Pemex vaya a Brasil y también participe en la exploración de aguas profundas, incluso porque Petrobras ya tiene un acuerdo tecnológico de formación técnica de profesionales, un acuerdo de cooperación a nivel global”, puntualizó.
Sería importante, sostuvo Rousseff, “para los mexicanos y los brasileños que las dos grandes empresas del continente, en el área de petróleo, puedan hacer sociedades y alianzas entre sí”.
Añadió que eso no va a impactar de ninguna forma el control que los Estados nacionales tienen sobre las riquezas petroleras; los recursos inexplorados del fondo del mar o en el subsuelo, y tampoco impide que haya una presencia de empresas internacionales en la exploración de bloques y de regiones, porque no existe este monopolio en la exploración ni en el desarrollo.
Más allá de las inversiones en el sector energético, la presidenta de Brasil comentó la importante presencia de capitales mexicanos en su país, en donde son las más importantes de todo América Latina.
“Estamos hablando de miles de millones de dólares que las empresas mexicanas invierten en Brasil y nuestro país también tiene que invertir aquí en México. Estamos satisfechos con la inversión que hacen empresas brasileñas en alianza con las sociedades, con las empresas mexicanas, en el área de polietileno, etileno, siglo XXI, que puede llevarnos a una agregación en la cadena productiva del petróleo y gas”, enfatizó.
“Eso genera empleo, eso genera ingresos y también genera la mejora para nuestras economías; por lo tanto yo creo que el presidente Peña Nieto y yo, al demostrar la voluntad política, le dimos ese impulso a la relación”, manifestó.
Durante los tres días de la visita de Estado, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su colega de México, Enrique Peña Nieto, hablaron sobre la concreción de al menos siete documentos, entre acuerdos y memorandos de entendimiento, en temas como el comercio, tecnología, turismo, inversiones, sector energético, servicios y medio ambiente.
Sin embargo, durante la entrevista destacó los dos acuerdos que pretenden duplicar el comercio bilateral en 10 años y que engloban el motivo de su visita a México, tras ocho años de ausencia de visitas de Estado de presidentes brasileños.
“El primero es el Acuerdo de Complementación Económica, el ACE 53, que nosotros habíamos firmado hace mucho tiempo, pero solamente trataba 800 productos, pero es un número de más de seis mil productos. Vamos a ampliar el número de productos, vamos a reducir también los aranceles de esos productos y vamos a comercializar entre nosotros aprovechando el potencial de nuestros mercados; vamos también a aprovechar el potencial que tenemos de complementación en el área de inversiones (Acuerdo de Cooperación y Facilitación de Inversiones, ACFI)”, indicó.
Además, explicó, en el área de servicios aéreos y turísticos, México es muy atractivo para los brasileños, por ser la cuna de una de las mayores civilizaciones que la humanidad vio desarrollarse en lo que es conocido como Mesoamérica: Mayas, Aztecas, Olmecas, presencias que produjeron una serie de bienes culturales de enorme valor, que es del interés de todos los países.
“Ustedes tienen maravillosas playas y Brasil también tiene su cultura, por lo tanto, los servicios aéreos, el turismo, la agricultura tropical, alianzas en el área de ciencia, tecnología e innovación, son muy importantes para México y para Brasil”, dijo la mandataria.