El ministro alemán de Salud, Jens Spahn, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), no tiene buenas noticias sobre la vacunación contra COVID-19, tampoco este jueves (28.01.2021): “Tendremos que afrontar la escasez de vacunas al menos durante diez semanas más”, escribió en Twitter.
El lento inicio de la vacunación daña enormemente la credibilidad del gobierno alemán en el combate de la pandemia, y eso el ministro Spahn lo tiene en claro. Por eso llamó a una cumbre de vacunación nacional que se realizará el lunes próximo (1.02.2021), a la que asistirán miembros del gobierno, así como representantes de los estados federados y del sector económico.
También la canciller Angela Merkel está de acuerdo con la cumbre. Su portavoz, Steffen Seibert, dijo que “los planes están en marcha y están siendo consensuados con los estados”. En el encuentro se tratarán también posibles medidas drásticas. ¿Pueden quitársele el derecho a las compañías productoras de vacunas de patentarlas, por ejemplo, aunque más no fuera por un corto período?
“La UE encargó demasiado tarde y demasiado poco”
Esa idea fue puesta sobre la mesa, entre otros, por el jefe de la fracción del Partido Socialdemócrata (SPD) en el Parlamento alemán, Carsten Schneider. De ese modo, se podrían expropiar las licencias exclusivas a los preparados ya aprobados de los laboratorios BioNTech/Pfizer y Moderna por un tiempo determinado, a fin de que su vacuna pueda ser producida por otras compañías.
Del mismo modo se pronunció el jefe de gobierno de Baviera, Markus Söder, de la Unión Cristiano-Social (CSU), partido bávaro hermano de la CDU. En el programa de televisión “Markus Lanz”, Söder dijo este miércoles (27.01.2021) que era evidente que los países de la Unión Europea habían encargado pocas vacunas, y lo habían hecho demasiado tarde. Ahora, señaló el político conservador, “habría que poner en práctica otras posibilidades”.
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“Tenemos que usar urgentemente las capacidades de otros laboratorios”
En principio, Sven Giegold, eurodiputado de Los Verdes, piensa que la propuesta vale la pena: “Si los laboratorios producen solos, la entrega lenta está programada. Tenemos que usar urgentemente las capacidades de otras compañías. Para los productores no es rentable ampliar la capacidad de producción porque esta podría quedar inutilizada al terminar la crisis”, explicó. Sin embargo, señala Giegold, los productores farmacéuticos invierten a menudo durante años altas sumas de dinero en el desarrollo de las vacunas. Si se les retira la patente, eso podría provocar que las empresas inviertan cada vez menos en este tipo de productos.
Pero también el primer ministro de Brandeburgo, Dietmar Woidke (SPD), quiere plantear el tema durante la cumbre de vacunación. Allí los políticos deberían hablar con los responsables de la economía sobre cómo podrían aprovecharse mejor los recursos y competencias en Alemania, escribió Woidke en una carta al actual presidente del círculo de jefes de gobierno de los estados federados alemanes, el alcalde gobernador de Berlín, Michael Müller (SPD): “Es posible, por ejemplo, construir o ampliar lugares de producción en Alemania para desarrollar las vacunas? Desde mi punto de vista, eso sería también una señal importante hacia la población de que estamos tomando en serio sus preocupaciones”.
Los centros de vacunación están listos, pero faltan las vacunas
Y esas preocupaciones son justificadas: hace tiempo que ya están listos los cerca de 440 centros de vacunación en Alemania, y equipos móviles vacunan, sobre todo, a adultos mayores, enfermeras y cuidadores en los hogares para ancianos.
Pero lo que falta a menudo son las vacunas. A los muchos ciudadanos que buscan con empeño un turno de vacunación, sin éxito, se les informa muy a menudo que la fecha ha cambiado, o que el turno ha sido cancelado. Eso provoca enfado. Casi 17 millones de personas en Alemania ya han recibido por ahora la primera de las dos dosis necesarias, en el caso de la vacuna de BioNTech/Pfizer.
El gobierno alemán pierde apoyo
De hecho, encuestas actuales revelan que la gente respalda cada vez menos el rumbo del gobierno alemán en esta pandemia.
El Instituto Allensbach de opinión, por ejemplo, constató, en una encuesta por encargo del diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que solo un 49 por ciento de los alemanes están todavía satisfechos con las medidas gubernamentales contra la pandemia. Un 42 por ciento ya no lo está. Al comienzo, el gobierno alemán gozaba de un alto apoyo.
Ahora, el gobierno anunció que cooperará con Rusia en la producción de vacunas contra el COVID-19, a pesar de las graves diferencias políticas entre ambos países. Rusia planea presentar su vacuna Sputnik V muy pronto ante la UE para su aprobación.
(dw.com)