Naciones Unidas.- Unas 166 mil personas fueron afectadas en las cinco provincias que componen la nación de Vanuatu tras el azote del ciclón Pam, de acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Cálculos emitidos por esta agencia de la ONU indicaron que las evaluaciones iniciales han confirmado la destrucción de entre 20 y 90 por ciento de las casas, escuelas, clínicas, iglesias y cultivos de 22 islas de las naciones ubicadas en el Pacífico afectadas por Pam.
La ONU había destacado la semana pasada que el ciclón Pam, que azotó desde el pasado 13 de marzo a las islas nación ubicadas en el océano Pacífico, causaron la muerte de al menos 24 personas en Vanuatu.
Este lunes, la OCHA subrayó que además del costo en vidas humanas, el ciclón provocó la destrucción o el daño severo de 14 mil viviendas. Por lo pronto, tres mil 392 personas se encuentran ya en un albergue de Elfate, la isla mayor de Vanuatu.
OCHA informó que siete islas de Vanuatu han sido afectadas de manera severa. Las más dañadas fueron las islas de Nanumaga y Nanumea, al norte del archipiélago, y Nui y Vaitupu, ubicadas en el centro de la nación.
Los impactos principales han sucedido en la infraestructura del país, así como en los cultivos de alimentos, en el ganado y en los servicios de agua y sanidad.
Por su parte, el gobierno de Kiribati también reportó daños severos en tres de sus islas al sur del archipiélago que forma esta otra nación, en tanto que dos ínsulas de Salomón también fueron perjudicadas.
Además de los daños a Vanuatu, la Cruz Roja Internacional calcula que más de 30 mil personas han sido afectadas en el océano Pacífico a consecuencia del ciclón Pam.
Por su parte, la coordinadora de asistencia humanitaria de la ONU para Vanuatu, Osnat Lubrani, declaró que este martes será lanzado un llamado de ayuda humanitaria urgente para el archipiélago.
Mientras tanto, el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) apuntó que los tanques que recogían agua de lluvia quedaron destruidos y que las fuentes de agua están contaminadas con agua salada y barro.
Resaltó además que no hay electricidad y que las letrinas han dejado de funcionar, por lo que advirtió sobre el riesgo de que se propaguen enfermedades infecciosas, en especial debido a los limitados servicios médicos actualmente disponibles en Vanuatu.