Roma.- Representantes de los pueblos indígenas señalaron hoy aquí que algunos de sus mayores problemas son el cambio climático y la falta de acceso a la propiedad de la tierra y de reconocimiento al rol de las mujeres.
La problemática de los pueblos aborígenes fue planteada en un foro en la sede del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en Roma, al que asisten más de 50 representantes indígenas.
Los asistentes a la reunión, que se desarrollará jueves y viernes, discutirán sobre la importancia de los conocimientos tradicionales en el combate a la pobreza y el hambre, así como sobre la transformación de las comunidades rurales.
“En América Latina y el Caribe los problemas de los pueblos indígenas radican en que no hay coherencia entre los valores y prácticas de los propios pueblos indígenas con el modelo económico”, dijo la nicaragüense Mirna Cunningham.
Cunningham, presidenta del Centro para la Autonomía y el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, señaló que las industrias extractivas o la imposición de megaproyectos económicos contribuyen a expulsar a los pueblos aborígenes de sus territorios, en los que han desarrollado sistemas alimentarios y productivos.
Dijo que otros problemas son el cambio climático, que afecta a los sistemas productivos de los pueblos indígenas, la carencia de acceso a la tierra y la falta de reconocimiento al rol fundamental de las mujeres.
“Las mujeres indígenas jugamos un papel fundamental, sin embargo no está reconocido, lo que quiere decir que no tenemos acceso a crédito, no recibimos asistencia técnica, ni se valora el trabajo femenino para la promoción de esos sistemas alimentarios”, acotó.
En el mismo sentido se pronunció Esther Noemi Tuz Canté, de las Redes de Mujeres Indígenas, originaria de una comunidad maya del sureño estado mexicano de Yucatán.
“Las mujeres siempre han participado en los procesos agrícolas, pero han sido vistas en un nivel secundario, como la ayudante y no como la que detenta las tierras, mientras es el hombre quien tiene derecho a las tierras, quien decide qué sembrar o quién se lleva las ganancias cuando las hay”, resaltó.
Mencionó que en Yucatán hay una fuerte emigración de mano de obra masculina a zonas turísticas o a Estados Unidos, por lo que son las mujeres las que se quedan a cargo de las tierras y se ven limitadas en el acceso a los apoyos porque no se les reconoce como propietarias.
Sin embargo, consideró que la principal amenaza para los pueblos mayas son los productos transgénicos introducidos en el agro y con los que se corre un grave riesgo de pérdida de la biodiversidad.
“Yucatán comercializa mucho la miel y los transgénicos amenazan esa producción”, anotó.
Comentó que además existe el problema del acaparamiento de tierras, sobre todo por el gran capital, y también la creciente contaminación del agua por el uso de agroquímicos.
Tanto Cunnigham como Tuz Canté consideraron fundamental la participación en el segundo Foro sobre los Pueblos Indígenas que se celebra en la sede del FIDA.
“Estos encuentros nos ponen en contacto con las instancias que elaboran normas, definen asignación de presupuesto, que son escuchadas por nuestros países y también nos ponen en posición de transmitir esa información a nivel local”, abundó Cunnigham.
Resaltó que gracias a este tipo de reuniones algunos proyectos estratégicos entre FIDA y los gobiernos ya incluyen a los pueblos indígenas.
“No se puede avanzar en la lucha de los pueblos indígenas a nivel local, si no tenemos esa relación con el nivel global”, sostuvo.
Antonella Cordone, experta del FIDA en temas indígenas, indicó que el enfoque de ese organismo de Naciones Unidas (ONU) es el de construir la confianza con los representantes de los pueblos indígenas.
“El primer paso es construir un diálogo y ser humildes en escuchar cuáles son las soluciones que ellos nos proponen. A menudo ellos nos proponen las mejores soluciones, las más sostenibles, porque son endógenas”, agregó.
Confirmó que del Foro de Pueblos Indígenas (que se realiza cada dos años) saldrán recomendaciones específicas al FIDA y a los gobiernos, además de planes a nivel regional acordados con los líderes indígenas.