Bruselas.- La Unión Europea (UE) podría acordar hoy una operación militar contra las redes de traficantes de inmigrantes que actúan en el norte de África, durante un cumbre extraordinaria convocada en respuesta a la serie de naufragios en el mar Mediterráneo, que causaron ya mil 750 muertes en lo que va de año.
Según el borrador de conclusiones de la cita, los Veintiocho pedirán al Servicio de Acción Exterior de la UE “iniciar los preparativos para una posible operación de seguridad y defensa”, cuya misión será “identificar, capturar y destruir los barcos antes de que sean utilizados por traficantes”.
De confirmarse, será la primera vez que la mancomunidad recurre a una acción de este tipo para frenar la inmigración irregular.
Un alto funcionario europeo señaló que “no se trata de enviar tropas sobre el terreno o iniciar una guerra, sino de acciones muy limitadas y determinadas”.
A principio, se llevarían a cabo en las costas de Libia, de donde parten 90 por ciento de las embarcaciones con destino a Italia, Malta, Chipre o Grecia.
Dependiendo del alcance que quieran dar a la misión, los Veintiocho podrían necesitar un mandato de Naciones Unidas, señaló el alto funcionario.
Los gobernantes europeos también tienen previsto comprometerse con duplicar los fondos asignados a las operaciones europeas de vigilancia marítima “Tritón”, en Italia, y “Poseidón”, en Grecia, este año y en 2016, de acuerdo con el borrador de conclusiones.
Aunque la misión de ambas seguirá siendo de control de fronteras, el aumento de las dotaciones les permitiría incrementar su capacidad de salvar vidas.
Al mismo tiempo, se acordará poner en marcha un “proyecto piloto voluntario” de reasentamiento, con al menos cinco mil plazas en los Veintiocho para personas que se califiquen como refugiadas o con derecho a asilo.
El objetivo es “reforzar la solidaridad” entre los miembros del bloque, a manera de aliviar la presión sobre los pocos países que acogen la casi totalidad de los refugiados en la Unión Europea en la actualidad.
Sin embargo, el documento no deja claro cómo se repartirían las cinco mil plazas entre los Veintiocho.
Los gobernantes europeos también prevén atajar las raíces del problema incrementando su apoyo a los principales países de origen y de tránsito de los inmigrantes irregulares: Libia, Túnez, Egipto, Sudán, Malí y Nigeria.
Esos países recibirán ayuda al desarrollo, pero también para controlar sus fronteras y rutas, “a fin de evitar que inmigrantes en potencial ganen acceso al Mediterráneo”.
En el caso de Libia, la ayuda estará condicionada a que las diferentes facciones que se disputan el control del país lleguen a un acuerdo para formar un gobierno de unión nacional, poniendo fin al vacío legal que deja espacio para los traficantes de seres humanos.