¡Qué desastre!
Oficialmente, hoy inicia el periodo electoral que concluirá con la elección del próximo Presidente de la República y el árbitro de la contienda, el Instituto Federal Electoral (IFE), estará incompleto.
Para efectos prácticos y legales, el hecho de comenzar el proceso federal del 2012 sin tres de los nueve consejeros, no tendrá –aún- un efecto definitorio sobre las decisiones que deban tomarse, a menos que se voten asuntos trascendentales y entonces se corre el riesgo de que haya un empate.
Lo que evidencia, al final de cuentas, la falta de consenso entre los partidos políticos para definir la terna faltante, es la mezquindad de los intereses partidistas.
Por alguna razón, a los partidos políticos –todos- se les ha complicado elegir a los más aptos, preparados, calificados, reconocidos especialistas en materia electoral.
¿De verdad es tan difícil encontrarlos entre más de cien solicitantes; entre los 17 seleccionados? ¿De verdad pretenden que los seleccionados sean “químicamente puros’’ y jamás se hayan pronunciado a favor de tal o cual partido?
Tal vez, por considerar a la población en general, a la que deben representar, retrasados mentales, los coordinadores parlamentarios no son capaces de explicarnos el por qué del desacuerdo si todo pareciera tan sencillo.
Dados los desencuentros que ya cumplen un año, ¿por qué los partidos no se deciden por el método de la insaculación y prefieren el consenso, que es una especie de complicidad mal disfrazada, para obtener su cuota en el IFE?
Un año después, el proceso para elegir a los tres consejeros faltantes “se tiene que reponer’’, lo que ello signifique.
Para mal de la democracia a la mexicana.
Pues nada, que Josefina Vázquez Mota no llegó al evento en el que Rafael Márquez, capitán de la selección mexicana, se sumaría a su campaña.
El futbolista esperó un tiempo considerable a la diputada con licencia pero “problemas de agenda’’ le impidieron llegar a la cita; Márquez tuvo que retirarse del lugar pero aún así tuvo tiempo para sostener una conversación telefónica con la precandidata panista.
Pero si Vázquez Mota no llegó puntual al encuentro con Márquez, sí estuvo presente en la reunión en la que se adhirieron a su campaña grupos que apostaban por el gobernador de Jalisco, Emilio González.
De los 100 comités municipales de Jalisco que tenía el gobernador, 73 se sumaron a Vázquez Mota y de los 5 comité regionales en el estado 3 le dijeron sí a la diputada.
O sea, de la patada no le fue.
Le tocó el turno a Guerrero, cuya seguridad –es un decir-, será reforzada por fuerzas federales.
Guerrero ha tenido la mala fortuna de ser objeto de experimentos políticos y sociales, que van desde fallidos programas para abatir la pobreza hasta la candidatura común para llevar a Ángel Heladio Ramírez a la gubernatura.
Y los guerrerenses están pagando en ambos casos.