Ernesto Cordero se reunió ayer con la militancia panista del Distrito Federal a quienes pidió estar menos pendientes de las encuestas y más de las propuestas.
Algo natural considerando que desde que se miden las posibilidades de los tres precandidatos presidenciales panistas, el ex secretario de Hacienda aparece en todas las encuestas en tercer lugar.
Sin embargo, desde hace algunos días los panistas que simpatizan con su candidatura, como el ex secretario de Trabajo Javier Lozano Alarcón, han revivido las encuestas realizadas en el 2006, que colocaban a Santiago Creel Miranda con un 52% “de las preferencias’’ y solo con el 7% a Felipe Calderón.
El desenlace de esa elección panista ya lo conocemos.
Una cosa son los simpatizantes y otros los militantes –que son los que votarán-, repiten en cada evento los corderistas.
Pero, en el supuesto de que dentro de una semana el ganador resulte Cordero, ¿cómo explicarán desde la presidencia del PAN el eventual triunfo del ex secretario cuando consistentemente ha aparecido en tercer lugar de todas las mediciones?
Se trata pues de un problema de legitimidad, de cómo explicar aún a los propios panistas que todos los sondeos mintieron o, en el mejor de los casos, fueron inexactos.
Como quiera, estamos a una semana de conocer si las encuestas entre panistas nos mintieron y de paso, si el peso del voto –y veto- presidencial siguen intactos a pesar del cambio de partido.
Por lo pronto, el día 31 se realizará el último debate entre los tres que, dicen, ahora si “de veritas’’ será debate.
>Parece ser que el PRI tabasqueño superó los ventarrones que amenazaban “la unidad’’ interna, luego de que el ex candidato al gobierno del estado, Luis Felipe Graham, publicó en su perfil de redes sociales una foto en la que aparecen todos los aspirantes –con su respectivo premio de consolación-, abrazados.
Graham será el candidato a la presidencia del municipio de Centro, Villahermosa; el candidato a gobernador será Jesús Alí de la Torre y pese a que grupos afines al ex secretario de Salud del estado amenazaron con represalias, hueso de por medio todo quedó en paz…hasta que ocurra lo contrario.
>Ahora resulta que el supuesto espionaje en la Cámara de Diputados pasará a ser un pleito entre el PRD y el PRI.
Y es que los tricolores suponen que Guadalupe Acosta Naranjo enfilará sus baterías a administraciones pasadas del tricolor, como presuntos responsables del supuesto espionaje.
Por eso es que los priístas le piden a Acosta Naranjo exhibir los “aparatos’’ y “dispositivos’’ con los cuales se espiaba a los coordinadores parlamentarios y a los presidentes de la Junta de Coordinación Política y de la Mesa Directiva.
Ahora está en las manos de la Procuraduría General de la República si la denuncia de acosta fue un “borrego’’ distractor, una denuncia de salva, o si alguien realmente quería saber a qué pizzerías llaman los diputados.