Parece ser que nadie le quita al presidente Felipe Calderón la certeza que tiene de que el narco se involucró activamente en la elección de Michoacán.
Quizá por ello no ha llamado, como es la costumbre, al ganador Fausto Vallejo.
La pregunta es que si el jefe del Estado mexicano tiene tal certeza, entendemos que con pruebas, por qué no se ha procedido más allá de la declaración puramente política.
¿Será que el fiasco del llamado michoacanazo provoca que el gobierno federal se vaya con más tiento en la investigación de las denuncias?
El presidente tiene razón al prevenir sobre la injerencia del narco en el próximo proceso federal en el que los partidos, principalmente, tienen la enorme responsabilidad de constituirse en el primer filtro para evitar que se les cuelen recursos o candidatos del narco.
Pero, en el caso de Michoacán, más allá de la grabación que se dio a conocer sobre el supuesto apoyo del crimen organizado a un candidato a presidente municipal, la población demanda más acciones y menos declaraciones.
>¿Cómo estuvo eso de que el gobierno mexicano se atribuyó la investigación de la llamada “Operación Huésped’’ mediante la cual el hijo futbolista de Muammar Gaddafi, de nombre Al Saadi, pretendía introducirse ilegalmente a nuestro país cuando en Canadá la historia era ampliamente conocida?
A lo mejor la publicación del ex guardaespaldas del hijo del ex líder libio sirvió de “pitazo’’ a nuestras autoridades, pero por lo menos debieron darle el crédito, nomás por pura cortesía.
>Hoy asume como presidente del PRI Pedro Joaquín Coldwell, en una reunión del Consejo Político del tricolor que solo avalará la decisión que se tomó una noche antes de la renuncia de Humberto Moreira.
El coahuilense, por cierto, dejó incompletos los nombramientos en el Comité Nacional del partido por lo que la pregunta que todos se hacen en el PRI es si los funcionarios que designó Moreira continuarán en sus cargos y los que estaban en espera, como el exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, por fin verán la luz.
Por lo pronto, el exgobernador de Quintana Roo llevará como segunda de abordo a Cristina Díaz; ya lo demás será decidido en cuanto arranque la campaña de Enrique Peña Nieto.
>Con la sorpresa de que el priísta-perredista y otra vez priísta Humberto Mayans si quiere competir por la candidatura tricolor a la gubernatura de Tabasco.
Hace unos meses, Mayans renunció a la Secretaría General de Gobierno de Tabasco y, según declaró, a la competencia por la candidatura porque había “dados cargados’’.
Pero sucede que, pese a no figurar en las encuestas entre los punteros, dice que sí va y que además ha logrado los apoyos necesarios no para competir sino para hacerse de la candidatura y luego de la gubernatura.
¿Pues a qué santo se habrá encomendado para tener tanta fe?