>La reforma fiscal es, desde luego, cuestión de sumas, restas, divisiones y multiplicaciones.
Por ejemplo, el PAN de Gustavo Madero, sumó a sus diputados…en contra.
Y es que el dirigente del blanquiazul, nomás no atinó a precisar cuál era la posición del partido en torno a esa reforma.
Por un lado, amagaba con ir en contra y por el otro, negociaba en el Pacto por México supuestas posiciones políticas que hoy están a punto de caerse.
Los diputados panistas, por su parte, restaron su apoyo a la reforma fiscal y hoy tienen un déficit en imagen y en interlocución con el gobierno federal.
La reforma fiscal, terminó por exhibir las divisiones internas que han convertido al PAN en un remedo de oposición, lo que finalmente se traducirá en una resta de votos y credibilidad para futuras elecciones.
El PRD, sumó el reconocimiento del gobierno de Peña por haber “acompañado” –así se dice ahora en lenguaje legislativo-, la reforma fiscal, en contra de los pronósticos.
No fue gratuito, desde luego, porque el partido del sol azteca, que aún comanda Jesús Zambrano, obtuvo una ganancia de varios miles de millones de pesos para su bastión político, el PRD, cosa que no pudieron hacer ni Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, Rosario Robles ni Marcelo Ebrard en su paso por la jefatura de Gobierno.
El costo, sin embargo, fue la resta de credibilidad y la exposición grosera de la división entre las tribus perredistas.
Mientras los diputados aprobaron todo, todo, todo, los senadores comandados por el rebelde Miguel Barbosa, adelantó ayer en Facebook que ellos, en la Cámara alta, votarán en contra.
“Que quede claro: el PRD en el Senado votará contra todo impuesto que afecte a trabajadores, a la clase media y a los que menos tienen; también votará contra la homologación del IVA en la frontera. No hagan caso a malintencionados, la bancada del PRD está porque paguen más los que más ganan”, escribió el perredista.
Y desde luego, el ganón fue el PRI, que sumó apoyos, dividió a sus adversarios, multiplicó sus opciones de negociación aunque probablemente restará votos en las próximas elecciones, si las medidas aceptadas ayer en la Cámara de Diputados no arrojan resultados visibles en el corto plazo, se traduzcan en una mejoría de la calidad de vida de los 114 millones de mexicanos.
A ver.
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>Que el gobierno del DF junto con la Asamblea Legislativa harán una consulta popular para determinar si aumenta o no el precio del boleto del Metro, que vive en la actualidad una crisis que pone en riesgo a los cinco millones de usuarios diarios.
El dinero no alcanza; el costo real del boleto es de 10.50 pesos y actualmente los usuarios pagan tres pesos; el subsidio anual es de casi 1,300 millones de pesos y el sistema carece de recursos ya no para modernizarse, sino para darle mantenimiento a lo que existe.
Desde ahora le anticipamos que el resultado de la “consulta” será que NO AUMENTE el precio del boleto.
Qué necedad de suplir el ejercicio de gobierno con la demagogia de la “consulta”. Uff.
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>A propósito del DF y su jefe de Gobierno, Miguel Mancera, esté reiteró su apoyo a la posición de Cuauhtémoc Cárdenas sobre la reforma energética: que se realice una consulta nacional ordenada”. Mancera dijo que no es necesaria una reforma al artículo 28 Constitucional, al igual que Cárdenas.