>Para los que entienden los mensajes que se dan en política, el hecho de que Enrique Peña Nieto haya enviado dos iniciativas muy ambiciosas tiene la intención de demostrar que al futuro presidente no le temblará la mano a la hora de decidir.
Curiosamente o por coincidencia, ayer se puso en la mira de las transformaciones peñistas la PGR, que muchos sugieren convertirla en una fiscalía de la Nación, por obra y gracia del poder de la señora Marisela Morales que se deshizo ayer, por motivos que deberían ser absolutamente claros y públicos, del subprocurador Cuitláhuac Salinas, el encargado de combatir a la delincuencia organizada.
La PGR, pues, también en la mira.
>En Veracruz se está registrando una batalla por la conservación de un arrecife, puesto en la mira para desaparecer por la ampliación del puerto.
El asunto ya lleva varios meses pero cobra relevancia porque, a punto de concluir la administración del presidente Felipe Calderón, parece que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a cargo de Dionisio Pérez Jácome y la Semarnat, a cargo de Rafael Elvira, pretenden dejar el camino planchado para acabar con el Parque Nacional del Sistema Arrecifal Veracruzano.
Todo, para ampliar la parte norte del puerto o de la Administración Portuaria Integral de Veracruz, lo que implicaría la destrucción de 1,500 hectáreas de arrecifes coralinos, un sistema de al menos 350 millones de años que va desde el puerto veracruzano hasta Campeche.
Diversos grupos y especialistas han señalado que esta decisión tendría un impacto ambiental de tal magnitud que los arrecifes de Bahía Vergara y Punta Gorda, así como la Gallega, la Galleguilla y la Blanquilla se sumarían a otros que desaparecieron durante la construcción del puerto a inicios del siglo XX.
¿A poco le van a heredar la bronca a Peña Nieto? ¿Y el gobernador, ya despertó?
>La Comisión de Hacienda del Congreso de Tabasco, aprobó la solicitud del gobernador saliente, Andrés Granier Melo, para la contratación de un crédito por 4,130 millones de pesos, a pesar de la oposición manifiesta del gobernador entrante, Arturo Núñez Jiménez.
Núñez se quejó de que en las reuniones que ha tenido con Granier para la transición, éste jamás le informó del monto de la deuda estatal.
Actualmente, según cifras oficiales de la Secretaría de Administración y Finanzas estatal, la deuda pública de Tabasco asciende a dos mil 332.67 millones de pesos, de los cuales mil 804.57 millones corresponden al Poder Ejecutivo y 528.1 millones a los 17 municipios de la entidad.
Apenas el 11 de este mes, Granier rindió su último informe de gobierno –es un decir-, y ocultó el monto de la deuda que heredará.
Núñez ya declaró que “hubo negligencia´´ en el manejo de la deuda pero no se ve como pueda evitar que hoy, en la sesión del pleno del Congreso tabasqueño, la mayoría priísta le regale de bienvenida compromisos futuros con bancos por 4,130 millones.
¿Cómo la ve?