La empresa GEA/ISA, la misma que hace un mes desató la furia de los simpatizantes de Enrique Peña Nieto cuando publicó que la ventaja del priísta sobre Josefina Vázquez Mota era de solo 7 puntos, presentó su primer tracking diario en el que la diferencia entre Peña y Vázquez Mota se amplió a 13 puntos.
Es decir, que en cuatro semanas, Vázquez Mota cayó 8 puntos en las preferencias electorales.
Evidentemente, los panistas que aplaudieron la primera encuesta pública de GEA/ISA, ahora refutan los resultados que no le favorecen.
Pero cuestionan al mensajero, no al emisor, que no es nadie más que la propia candidata presidencial y su equipo de campaña.
Las pifias, porque no puede llamárseles de otra manera, cometidas por Vázquez Mota y su primer círculo, por supuesto que impactaron negativamente o desfavorablemente a su imagen.
En el PRI tienen perfectamente medido, por ejemplo, que durante las primeras horas después del error –horror- cometido por Peña Nieto durante la Feria Internacional del Libro, el mexiquense perdió 6 puntos en las preferencias electorales.
En apenas unas horas.
Con Vázquez Mota la ciudadanía ha jugado igual; no le perdonan haber encabezado un acto en el Estadio Azul semivacío, no le perdonan el haber llamado “monstruo’’ a la UNAM y menos adjetivar a su medio millón de estudiantes.
No le pasan el haber dicho, evidentemente en tono de broma, que “que no era perfecta’’ por haber estudiado en la Ibero durante una conferencia en el ITAM.
Y ayer, otra pifia la convirtió en noticia en el Twitter, cuando su equipo atribuyó a Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, el Nobel de la Paz.
Si a Peña Nieto y a López Obrador se les critica por asuntos como la utilización del telepromter y otras aparentes nimiedades, Vázquez Mota no puede pretender que su condición de mujer sea vacuna para que sus adversarios políticos y la población en general le perdonen las foxiadas.
Quizá ello explique los nuevos números de GEA/ISA. Solo quizá.
>Tras la renuncia de Lía Limón al PAN, luego de que acusara que el proceso interno para la elección de candidato a delegado en Miguel Hidalgo estuvo controlado “por una pandilla de cuatreros”, el futuro político y empresarial de Mariana Gómez del Campo y su novio Eduardo Solórzano negro.
De acuerdo con información de funcionarios de la propia delegación, Solórzano le apostó, con el apoyo de Gómez del Campo, a Ricardo Pascoe pero el ganador fue Miguel Ángel Errasti, el caballo negro de la elección.
El asunto está en que los panistas de la delegación no dejarán pasar las afrentas que dicen, sufrieron de parte de Gómez del Campo en tanto que un grupo de restauranteros de Polanco tampoco dejarán pasar así como si nada las presiones que aseguran sufrieron de parte de Solórzano.
¿Será?