>A partir de la mala tarde que pasó Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, una mano anónima –hasta ahora-, se dio a la tarea de hacer un video al que agregó algunas escenas en las que se cuestiona el desempeño del priísta como gobernador, para hacer un DVD que se vende en el Metro.
“Las mentiras de Peña’’ y otros títulos se ofrecen en los vagones del principal transporte de pasaje en el Distrito Federal y quizá del país.
Y esto si, desde cualquier punto de vista, no puede ser un “movimiento espontáneo’’ de un grupo de estudiantes inquietos.
Para hacer el video, aunque sea de mala calidad, se requiere patrocinio. ¿De dónde salen los recursos para incentivar esta campaña que ya no es de protesta sino de auténtico fanatismo político, de odio pues?
Pareciera que alguna fuerza oscura no está abonando a un conflicto poselectoral sino prelectoral, ¿con la finalidad de reventar el proceso?
Cuando la iniciativa privada, en el 2006, publicó su famoso spot en contra de Andrés Manuel López Obrador –“es un peligro para México’’-, muchas y reconocidas voces se alzaron en contra de la campaña, argumentado precisamente el peligro de la intolerancia en el país.
Hoy esas voces, quizá porque es políticamente correcto, se han callado a pesar de que las muestras de intolerancia son iguales o quizá más agresivas que hace seis años, cuando el uso de las redes sociales no estaba masificado.
Son varios ya los signos, las señales, de que puede haber un conflicto prelectoral grave; el martes pasado, cuando Peña se disponía ha presidir un evento en Córdoba, Veracruz, un grupo de pseudo estudiantes quiso reventar el acto; fueron repelidos por la policía, lo cual los convirtió en “mártires de la democracia’’ por obra y gracia de los políticamente correctos.
Lo malo del asunto es que habrá que sumar la parsimonia del gobierno federal que, justificándose en la legislación electoral que impide anunciar obras de gobierno, ha hecho mutis sobre todos estos eventos que rayan en el fanatismo político.
Cuidado.
>El candidato del PRI a la gubernatura de Tabasco, Jesús Alí de la Torre, hizo públicos su declaración patrimonial y los resultados de un examen antidoping que se practicó previo al arranque de la campaña.
Esto, dijo, para demostrarles a los tabasqueños que no tiene nada que ocultar y que su administración será transparente.
Alí arrancó la campaña, según un diario local y varias encuestadoras, con una ventaja de 11 puntos sobre Arturo Núñez Jiménez, candidato del PRD.
Y aunque la noticia es buena, la ventaja debe preocupar al priísta pues dos meses antes de arrancar la carrera, la diferencia con Núñez era ¡de 22 puntos!
Es decir que si las encuestas son reales, Alí ha caído sistemáticamente 50% en las preferencias electorales; y todavía faltan 42 días de campaña.
A ver si le alcanzan para ganar.