¿Por qué si la familia Cárdenas y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, reconocieron al ex presidente de Brasil, Luis Inacio Da Silva, “Lula’’, por su gobierno que permitió a la nación amazónica convertirse en potencia económica, no siguen su ejemplo?
“Lula’’ llegó al poder bajo la bandera la izquierda brasileña, luego de tres intentos fallidos por alcanzar la presidencia de su país.
Y, izquierdista y todo, tomó decisiones que poco tuvieron que ver con la ideología y mucho con la realidad de Brasil hasta colocarlo en un privilegiado sitio para la inversión foránea.
“Lula’’ diversificó las inversiones de Petrobras hasta convertirla en transnacional; aquí la familia Cárdenas que lo reconoció por su gobierno es una de las principales opositoras en cambiar el régimen de Pemex; la misma posición, por solidaridad o compromiso moral, ha adoptado el propio Ebrard sobre la paraestatal mexicana.
Y aunque el éxito de Petrobras es el ejemplo más a la mano que se toma para exaltar la administración de “Lula’’, hubo muchas decisiones del ex mandatario, como el cambio del régimen de pensiones, que en su momento no solo fueron polémicas sino atacadas con ferocidad por sus detractores y que al final de cuentas sirvieron para elevar el nivel de vida de los brasileños.
Qué bueno que una parte de la izquierda mexicana reconoció al brasileño, pero sería mejor si aprendieran que las decisiones importantes no tienen que ser siempre populares.
La oposición en San Lázaro, encabezada por Javier Corral y Porfirio Muñoz Ledo, convirtió el salón de plenos en un tianguis al pretender que se incluyera en la reforma política la figura de la revocación de mandato, que ni siquiera estaba incluida en la minuta que los diputados recibieron del Senado de la República.
Si bien el tema “vende’’ bien cuando se asumen posiciones presuntamente democráticas, el hecho concreto es que la revocación de mandato no venía incluida en el texto que aprobaron los senadores; tan es así que ni siquiera fue discutido en las Comisiones en San Lázaro.
Pero la necedad o el tratar de “vender’’ democracia de utilería, provocó un debate digno de los mejores patios de vecindad del México del siglo pasado que terminó con acusaciones de alcoholismo en contra de diputados priístas y del propio Muñoz Ledo.
En un mercado de “pulgas” se aprecian mejores conductas. Y eso que son los representantes populares.
Ayer continuaban las negociaciones en el PRD entre los “Chuchos’’ y los “Bejaranos’’ para tratar de llegar a un reparto, perdón, arreglo que permitiera realizar la elección de los órganos de gobierno del partido.
Ya se sabe que lo importante de esta elección es que los funcionarios partidistas electos serán quienes decidan en buena medida las candidaturas a puestos de elección popular el próximo año.
Por eso el cochinero, por eso el pleito, que se resolverá como ha sido tradicional no solo en el PRD sino en la mayoría de los partidos políticos mexicanos: con el reparto del botón, perdón, de las posiciones de mando.
¿Entonces para que tanto arguende?