>Será el sereno, pero hasta los críticos más acérrimos de la visita papal se disputan una de las invitaciones V.I.P para el besamanos, perdón, para estar en los actos oficiales y en la misa tumultuaria.
Aunque evidentemente el entusiasmo por la visita de Joseph Ratzinger está a años luz del que despertó Karol Wojtyla, la presencia del jefe del Estado Vaticano despierta interés y cierto morbo por los tiempos políticos.
Políticos que fustigaron la reciente reforma constitucional con la que se precisó el carácter laico del Estado mexicano, estarán en la primera fila de la recepción oficial; es el caso del perredista Guadalupe Acosta Naranjo, quien acudirá a la cita en su calidad de Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al menos esa es la explicación oficial.
Acudirán también los candidatos presidenciales de todos los partidos, no porque sean hombres y mujeres de mucha fe, sino porque será políticamente incorrecto que desairarán al líder de la iglesia católica en un país en el que el 83%, según el censo oficial, profesa esa fe.
Y aunque en México sigue retumbando la polémica por los abusos sexuales sufridos por niños a manos de Marcial Maciel, de lo cuales la cúpula vaticana tuvo conocimiento, ningún político con aspiraciones grandes dejará pasar la oportunidad de la foto.
Parafraseando a un clásico, “el hueso bien vale una misa’’.
>Hay quienes quieren ocupar el número de simpatizantes que acompañó a cada candidato presidencial a su registro ante el Instituto Federal Electoral (IFE), como una muestra de la “fuerza real’’ de cada uno de ellos.
Si así fuera, Andrés Manuel López Obrador ya sería el ganador; el abanderado de las izquierdas nacionales e intergalácticas se hizo acompañar de un buen número de seguidores que fueron convocados a través de las redes sociales con días de anticipación.
López Obrador lanzó una amenaza velada al IFE cuando solicitó al consejero presidente, Leonardo Valdez, “estar a la altura de las circunstancias’’, que no se repita el escenario del 2006.
Lo que no dijo es qué hará si nuevamente el voto ciudadano no le favorece.
Pero conste que la advertencia ya está hecha.
>Todavía no ha terminado la vibración del temblor provocado por el caso Florence Cassez y ya se anticipa el guión de lo que será el segundo capítulo.
La magistrada Olga Sánchez Cordero, encargada del nuevo proyecto, adelantó el sentido del mismo que no es otro que la argumentación escrita de su posición a favor de la libertad de la francesa.
Sin embargo, el nuevo proyecto tendrá, en beneficio de la francesa, sólo servirá para concederle un amparo pero no será para liberarla.
Sobre aviso no hay engaño.