La decisión de relevar al general en retiro Ubaldo Ayala Tinoco como secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas, se tomó dos días después de haberse encontrado las narcofosas con 145 cadáveres, hasta el momento.
Luego del hallazgo, el gobernador Egidio Torre Cantú se entrevistó en la Secretaría de Gobernación con Francisco Blake Mora y con el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna.
La reunión fue considerada por algunos como la abdicación de Torre Cantú, cuyo incipiente gobierno acusa una anemia política que preocupa seriamente al gobierno federal.
Torre Cantú literalmente cedió el control policiaco del estado –y dicen que con ello el control político- al gobierno federal; anunció la cesión de cuatro terrenos para construir igual número de regiones militares y aceptó que personal formado en la Policía Federal e incluso militares formen parte de las policías estatales “en tanto se aplica el nuevo modelo policial’’.
Ayer, cuando se conoció la “renuncia’’ de Ayala Tinoco, se informó que su sustituto será un enviado del centro del país, quizá otro militar o un personaje forjado en la Policía Federal.
El que llegue tiene la responsabilidad de regresar el mínimo de seguridad a los tamaulipecos, azotados por las plagas del narco y el mal gobierno.
No importa si Ayala Tinoco “se fue’’ o “lo fueron’’; para la gente es lo de menos.
Lo importante, los resultados en el combate a la inseguridad pública, sigue siendo el gran pendiente; una deuda que el gobierno estatal al parecer no podrá saldar.
En Durango, cuya situación en el tema de la inseguridad cada día es más grave, se construirá una ueva zona militar que se ubicará entre la zona de La Laguna y Gómez Palacio, informó el gobernador Jorge Herrera Caldera.
El estado donará un predio de 40 hectáreas para la construcción de la nueva zona militar en la que se instarla un batallón del Ejército.
Se evalúa además la instalación de un cuartel dependiente de la X Zona Militar.
Y por si fuera poco, Herrera Caldera adelantó que negocia con el Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna para construir un cuartel regional de la Policía Federal que permita tener, de manera permanente, a más elementos federales en la zona, en terreno de cuatro hectáreas que donará el gobierno estatal.
A ver si con eso logra el duranguense reducir los altos índices delictivos en el estado.
Por cierto, al gobernador, que vive “secuestrado’’ por un puñado de sus presuntos colaboradores que le impiden casi cualquier contacto con el exterior, no le haría nada mal un baño de pueblo de cuando en cuando.
Y una sacudida a su complaciente gabinete.
El problema con el Senado no es alto costo de su nuevo inmueble, sino el elevado costo político que tiene que pagar el país por su inmovilidad, por su mezquindad.
Es decir, el problema sigue siendo que aún con nuevo edificio, los personajes siguen siendo los mismos. Y así, ni cómo avanzar.