Ni se haga ilusiones.
La tan expuesta reforma política, esa que contempla las candidaturas ciudadanas, el recorte al número de diputados y senadores, la reelección de estos y la creación de la figura de Presidente sustituto en lugar de Presidente Provisional, será frenada en la Cámara de Diputados, aún si la de Senadores la aprueba esta semana.
Lo interesante del caso es que es la fracción mayoritaria, la del PRI, la que anticipa de una buena vez que la reforma política como está planteada desde la Cámara de Senadores no pasará en esos términos.
Dos son los puntos medulares a esta oposición.
El primero tiene que ver con la propuesta de reducir –algunos se inclinan por desaparecer-, el número de legisladores por la vía plurinominal, es decir, los que llegan al Congreso “por lista’’.
La cúpula del PRI asegura que no transitará en esta propuesta porque son los legisladores plurinominales lo que mayor experiencia tienen, los que organizan los debates y quienes al final de cuentas impulsan la creación de nuevas leyes.
Reducir su número o incluso aprobar su desaparición constituirá, dicen, un despropósito de la misma reforma que busca, por otra parte, profesionalizar el servicio legislativo.
También las candidaturas ciudadanas son impugnadas pues de acuerdo con las interpretaciones que hacen los diputados no hay tiempo para una reforma electoral que valide estas candidaturas, además de que los partidos políticos perderían el monopolio de la representatividad para llegar al Congreso.
Sin embargo, al margen de las razones legales que pudieran tener los diputados del PRI para oponerse a esta reforma, que tan diligentemente están trabajando los senadores, subsiste otra razón para negarse a aprobar la reforma política.
Esta es la paternidad de la misma que se le atribuye a Manlio Fabio Beltrones Rivera.
Puesto en otras palabras, la reforma política no transitará en el Senado porque la propuesta viene de Beltrones y, por lo tanto, independientemente de sus beneficios, esta reforma correrá la misma suerte que la propuesta de reforma fiscal hecha también por el sonorense.
¿Pues de qué se trata?
Otro asunto que se les atragantó a los diputados es la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional.
La Minuta inicialmente fue turnada para su análisis a cinco Comisiones -Gobernación, Defensa Nacional, Justicia, Seguridad Pública y Derechos Humanos-, pero ahora se negocia la posibilidad de que solo se aprobada por la Comisión de Defensa Nacional.
En este intento de que las otras cuatro comisiones no intervengan en la dictaminación, la Cámara de Diputados tendrá que negociar por dos vías: la posibilidad de que se replantee un “modificación de turno” y la posibilidad de que se llegue a un acuerdo en la Junta de Coordinación Política.
Lo que no ha quedado claro es por qué se busca que el dictamen sea votado solo por la Comisión de Defensa Nacional, hecho que fomenta el “sospechosismo’’ entre los partidos de oposición.
¿Por qué será?