>Independientemente de lo que “oficialmente” se diga en el boletín, la reunión entre el presidente Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ganador de la elección presidencial, generó mucha suspicacia.
En primer lugar, porque el proceso electoral no ha concluido.
Apenas ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) recibió las más de 300 impugnaciones que se presentaron, incluidas las de López Obrador; será hasta el 6 de septiembre cuando el Tribunal califique la elección.
En segundo lugar, porque se da en un ambiente hostil contra el eventual presidente electo, acosado por grupos radicales alentados por un sector de la izquierda que no acepta la derrota y demanda la anulación de la elección por “inequitativa”.
En tercer lugar, porque la reunión ocurre justo en medio de los escándalos que involucran a instituciones financieras con las que se pretende relacionar al PRI.
Y en cuarto lugar, porque se da justo un día antes de que López Obrador de a conocer el programa de movilizaciones “en defensa de la democracia” y de otra denuncia en contra del mexiquense que, según el tabasqueño, será una bomba.
Ahora que si la idea fue enviar un mensaje de coordinación entre la administración que sale y la que entra, el método será cuestionado.
>La debacle del PAN alcanzó a todos y a todas, como diría el clásico, incluso al gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, considerado uno de los mejores operadores políticos del blanquiazul.
A pesar de haber puesto a disposición de su partido todos los recursos a su alcance, Padrés no pudo retener para su partido el control político el estado.
El PRI le ganó la elección presidencial, además de las dos senadurías por mayoría –por conducto de Claudia Pavlovich- y no sólo eso, ni la intervención del gobierno estatal evitó que el tricolor ganara más de la mitad del Congreso Local y se quedara con 7 de las 9 ciudades más importantes del Estado: Nogales, Puerto Peñasco, Agua Prieta, Guaymas, Ciudad Obregón, Álamo y Navojoa.
Ora si que la elección no estuvo “tan Padrés” para el PAN en Sonora.
>La ex candidata del PRI al Senado, Araceli García Rico, acudirá hoy a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, a presentar una denuncia por la violación de los derechos humanos de las mujeres en contra del ex delegado político en Tláhuac, Rubén Escamilla.
Este sujeto es el mismo al que se ve en un video pedir favores sexuales a una trabajadora para basificarla.
El asunto está en que pese a que el video fue visto por millones de personas, Escamilla fue electo diputado a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por lo que García Rico, en su calidad de Secretaria Coordinadora del sector femenil de la CNOP, presentará una queja ante la CDHDF.
A ver sí ahí si tienen más sensibilidad que en el propio PRD, partido que, paradójicamente, ha hecho de la defensa de las mujeres una de sus principales banderas.