La percepción que se tiene sobre el trabajo de Francisco Blake al frente de la Secretaría de Gobernación cambió en el Poder Legislativo y poco a poco está virando también en la opinión pública.
Hombre poco dado a los reflectores, Blake –a quien erróneamente o dolosamente se acusa de haber sugerido al presidente Felipe Calderón no reunirse con el escritor Javier Sicilia-, el bajacaliforniano ha ido ganando terreno en los debates de los problemas nacionales, que no es cosa menor.
Blake se decidió por el establecimiento de mesas de diálogo con los electricistas, con las madres de los niños muertos en la guardería ABC de Sonora y recientemente con el grupo de ciudadanos encabezados por Sicilia, víctimas de la guerra contra el crimen organizado.
El funcionario salió bien librado en la reunión que tuvo con el escritor en el que se establecieron las condiciones del grupo que dará seguimiento a los acuerdos con el gobierno federal y por la tarde, durante su comparecencia ante la Primera Comisión de la Comisión Permanente, fue tratado con respeto y civilidad, lo que no ha ocurrido con otros miembros del gabinete.
El presidente Calderón ha reconocido el trabajo de Blake; tan es así, que tendrá bajo su responsabilidad la operación de los acuerdos con partidos políticos de cara a la elección presidencial del próximo año.
“Es su trabajo”, dirán algunos. Cierto, pero hasta hace no muchos meses la operación estaba suelta y en el mejor de los casos la tenía que hacer el propio Jefe del Ejecutivo.
Blake ha ganado terreno político, con una estrategia de muy bajo perfil que, sin embargo, tendrá que cambiar en los próximos meses si quiere ayudar a su jefe a cerrar bien este tan complicado sexenio.
El diputado federal Luis Videgaray dejó la presidencia del PRI en el estado d México que ocupó poco más de dos meses, desde la designación del candidato tricolor a la gubernatura del estado hasta ayer.
Videgaray ha sido el principal negociador del PRI del paquete económico y es muy probable que recupere ese papel nuevamente, aunque ya no sea el presidente de la Comisión de Presupuesto que tenía antes de su aventura política.
Así que a nadie sorprenda que el político, perteneciente al círculo cercano de Enrique Peña Nieto vuelva por sus fueros en septiembre.
¡Vaya paranoia, esquizofrenia o como quiera llamarle!
Resulta que ahora que el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos salió a prevenir a la población sobre un eventual brote de sarampión en el país sus adversarios políticos afirmaron que se trata de una campaña ¡en pos de la gubernatura de Guanajuato!
Córdova no es, efectivamente, el candidato del gobernador, pero de eso a que se invente una crisis de ese tamaño solo por sustentar sus aspiraciones políticas, es simplemente una perversidad o una estupidez. O ambas.
Y conste, que no fueron priístas ni perredistas sino puro fuego amigo.