Con sobresaltos, pero el INE que preside Lorenzo Córdova Vianello pasó está segunda etapa de las elecciones intermedias pero le queda una tercera parte que será crucial para determinar si la ley electoral aprobada el año pasado sirve o no.
El INE deberá procesar en primera instancias las impugnaciones que presentarán los partidos políticos, entre ellas algunas que incluso piden la anulación de las elecciones, como es el caso de Colima y algunas delegaciones del Distrito Federal.
La ley electoral en vigor por primera vez contempla la anulación de la elección por el rebase de topes de campaña.
Y esta visto que muchos candidatos se las ingeniaron para gastar tratando de engañar al INE.
Las pruebas, por ejemplo, que circulan en internet sobre el caso de uno grupo numeroso de personas de la tercera edad de Ecatepec, que fueron engañadas con la promesa de recibir una pantalla de televisión a cambio de votar a favor del PRI –que con todo y que ese municipio mexiquense es el más peligroso del país lo retuvo-, y que bloquearon por varias horas la avenida Hank González debería ser tomada como un buen principio para el análisis.
No la tiene fácil el Instituto, bombardeado por todos los partidos, ni su presidente.
Pero estamos en el tiempo de las impugnaciones, que luego llegarán con seguridad al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en donde se verá si, efectivamente, la nueva ley electoral sirve para sancionar a los tramposos.
O si, otra vez, los partidos políticos no dieron una ley de atole.
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El que anda como pavorreal presumiendo las calificaciones BBB y AA (mex) con perspectiva estable que le asignó la calificadora Fitch Ratings es el presidente municipal de Puebla Tony Gali.
Y mire, no se trata de un asunto menor, sobre todo considerando que la mayoría –por no decir que todos- los estados y los municipios más importantes del país están ahogándose en deudas.
Por ello desde el Congreso se busca que estados y municipios se endeuden con cargo las participaciones federales, como está ocurriendo actualmente.
El caso es que Fitch Mexico reconoció el sano manejo de las finanzas públicas, el bajo nivel de endeudamiento de la capital poblana y su sólida liquidez.
Gali recordó que en el primer año de su administración se recaudaron más de mil 340 millones de pesos, lo que significó un incremento del 8% en ingresos propios; además existe cobertura de riesgo por cada crédito vigente que protege el pago de intereses del servicio de la deuda pública.
Nada mal para quien desde ahora se perfila como el candidato natural del PAN a la gubernatura del estado en dos años.
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Cuatro priistas recibieron ya su constancia de mayoría que los acredita como gobernadores electos de Campeche, Colima, Guerrero y Sonora.
Se trata de Alejandro Moreno, José Ignacio Peralta, Héctor Astudillo y Claudia Pavlovich.
Moreno, mejor conocido como “Alito’’, ganó sin contratiempos la elección en Campeche, estado que será protagonista de grandes cambios a partir de la concreción de la reforma energética aprobada en el 2013.
Astudillo se sacó la rifa del tigre –y no precisamente de Huitzuco, con el que tendrá que lidiar quiera o no-, porque la CETEG le querrá cobrar los platos rotos.
Peralta recibió la constancia como ganador en Colima pese a que el candidato del PAN, Jorge Luis Preciado, promueve desde ya la anulación de la elección.
Pavlovich también fue reconocida como ganadora de la elección, a pesar de la campaña con la que se pretendió defenestrar a su padrino Manlio Fabio Beltrones y de paso a ella.