El Instituto Electoral del estado de México (IEEM) impuso una multa de 26,900 pesos a Eruviel Ávila, candidato del PRI a la gubernatura de la entidad, por actos anticipados de campaña.
El monto de la multa no es lo que importa, para los fines de la oposición, sino el precedente que deja.
Desde hace varias semanas, luego de que las encuestas demostraron que ni Alejandro Encinas, con el apoyo de Andrés Manuel López Obrador, ni Luis Felipe Bravo Mena, con el apoyo de su familia nada más, pudieron acercársele al priísta, se fue confeccionando un escenario para el conflicto poselectoral.
Lo primero fue reclamar la intromisión del gobernador Enrique Peña Nieto en el proceso; lo segundo, acusar la parcialidad del IEEM a favor de Ávila; lo tercero acusar el rebase del tope de campaña y cuarto denunciarlo por actos anticipados de campaña.
La denuncia fue avalada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que determinó que efectivamente hubo una violación a la ley, pero nomás tantito.
Y como “qué tanto es tantito” es igual a no es delito grave, se decidió que el castigo fuera impuesto por la autoridad electoral local.
Si el delito hubiera sido considerado grave, debió proceder la pérdida del registro de Ávila, que fiel a su lema de campaña “por cada insulto una propuesta”, olvidó que en la contienda política se vale casi todo y dejó de atacar jurídicamente los flancos débiles de sus rivales, sobre todo de Encinas.
A unas horas de la elección, el escenario está dispuesto para que, aún con una desventaja de 25 puntos porcentuales, la oposición declare que hubo fraude.
¿Oposición madura en México? Ya se verá el lunes.
Sabedor que no tiene posibilidades de ganar la gubernatura, Luis Felipe Bravo Mena tiene la difícil –si no imposible misión- de ganar ¡un millón de votos¡ para su partido el próximo domingo.
Esa es la tarea en la que ha trabajo las últimas semanas el candidato panista; en el partido creen que se puede sumar ese millón de votos y tenerlos como reserva para la elección presidencial del próximo año.
Se ve difícil, pero Bravo tiene fe. Nomás hacen falta los votantes.
En una semana, tres precandidatos presidenciales del PAN parecieron empezar a desviar su mirada de Los Pinos: Javier Lozano pasó de “gallo azul” a escudero corderista en tanto que Alonso Lujambio divagaba sobre su futuro y Josefina Vázquez Mota recibía ¡otrooo obús! de Elba Esther Gordillo. ¿Será que como la canción infantil “de los siete que quedaban ya nomás nos quedan dos –o tres-” Ernesto Cordero y Santiago Creel y seguramente Vázquez Mota.
El consejero electoral Francisco Guerrero renunció a la presidencia del Comité de Radio y Televisión del IFE en respuesta a la aprobación del Reglamento en materia electoral.
El consejero avalaba la posición de los concesionarios y permisionarios de radio y televisión de mantener en cinco días el tiempo que se les daba para poner al aire spots en periodo electoral pero el IFE lo redujo a tres. Mal.