» Un tumor en el corazón.

Esta nota fue creada el lunes, 7 noviembre, 2011 a las 22:27 hrs
Sección: La corazonada

Llevaba un mes con un malestar general muy importante. Tenía palpitaciones casi todo el día, le faltaba el aire por momentos y se sentía sumamente cansada, de hecho estaba segura que había perdido unos dos kilos.

Elena decidió avisarle a sus papás de todos estos síntomas, pues ya estaba muy preocupada. Con 16 años, siempre había sido sana y por eso su angustia era enorme. Yo la examiné un domingo por la tarde y me llamó la atención verla agitada, con el corazón muy rápido y con soplo en el corazón que no se auscultaba con cada latido.

Normalmente quien tiene un soplo cardíaco no presenta esta variación, ya que el soplo es audible en todos los latidos, excepto si el latido cardíaco presenta amplias variaciones en su intensidad, como era el caso de Elena.

Con los años, me ha tocado ver muchos casos como éste, por lo que la sospecha que tuve, estaba fundamentada en la experiencia de haber varios casos similares. La comprobación de la sospecha que tenía sobre el diagnóstico de Elena, se logró a través de realizarle un ultrasonido del corazón, lo que conocemos como un ecocardiograma, que nos permite ver en tiempo real lo que está ocurriendo en el interior de las cámaras cardíacas.

La sospecha se comprobó de inmediato, con la primera imagen que el ecocardiograma nos brindó: sin duda había una masa que ocupaba casi toda la cavidad de la aurícula izquierda. Básicamente sólo hay dos cosas que pueden dar esta imagen: un gran trombo o un tumor cardíaco.

Las características clínicas de Elena y la imagen estaban a favor de que era un tumor. Efectivamente, el tumor que ella presentaba es más común en mujeres jóvenes, se acompaña de pérdida de peso, de taquicardias con falta de aire y cansancio fácil. Este tumor produce embolias a diversas partes del cuerpo, pues es muy fácil que se fragmente y suelte pequeños trozos del tumor, que es muy frágil y gelatinoso, sobre todo hacia el cerebro.

Por fortuna, Elena no sufrió este problema. Al día siguiente, a las 7 de la mañana, la metimos al quirófano y en cuarenta minutos estaba en circulación extracorpórea, con el corazón parado para poder abrirlo sin riesgos de perder fragmentos del tumor que podrían matar a Elena. Se le sacó un tumor de 3 centímetros, muy frágil, por lo que aún antes de recibir el informe de patología ya sabíamos que se trataba de un mixoma.

El sufijo oma significa tumor, en tanto que mixus en latín quiere decir gelatina. Efectivamente un mixoma es un tumor gelatinoso, pues está compuesto de pocas fibras (tiene poco tejido, pocas células) y mucha sustancia intercelular, sobre todo una llamada ácido hialurónico, que sorprendentemente es la misma sustancia del cordón umbilical.

Dado que es un tumor benigno y que por lo demás el corazón es completamente normal, las personas que presentan un mixoma quedan totalmente sanas, si bien un 5% pueden recidivar, ya que este tumor puede volver a salir. Depende de que en el acto quirúrgico el cirujano evite dejar implantes celulares lo cual es bastante difícil pero la experiencia te permite cumplir este objetivo.

Los tumores cardíacos, como en el resto del cuerpo pueden ser malignos y benignos. Por fortuna el cáncer del corazón es muy raro, pero debo destacar que es sumamente agresivo, pues de manera inmediata envía implantes celulares a todo el cuerpo a través de la sangre que está en contacto directo con el tumor. De este modo, las metástasis son inmediatas y el pronóstico para la vida del paciente es muy malo. La radioterapia provoca graves consecuencias en un órgano como el corazón y la quimioterapia tiene un pobre papel.

El mixoma, por otro lado es el tumor más frecuente en el corazón. Si bien su carácter de benigno desde el punto de vista de las células que lo integran es muy claro, la realidad es que su comportamiento no es nada benigno pues produce un rápido consumo del paciente, ya que lo hace perder peso y tener muchos síntomas, pero sobre todo, está el grave problema de las embolias, de tal modo que a veces podemos hacer el diagnóstico y extraer el tumor después de un evento embólico y las secuelas pueden  ser terribles.

Es un tumor mucho más frecuente de lo que se puede creer, ya que en el Centro Médico Nacional se recibe al menos un caso de estos al mes.

Se necesita mayor difusión de estos conocimientos hacia los pacientes para que busquen ayuda y sin duda, para los médicos de primer contacto para que tengan en mente este problema. A Elena ya la habían visto tres médicos y le habían diagnosticado tifoidea, faringitis y un tercero le dijo… ¡ que estaba nerviosa! cuan do su problema era un tumor cardíaco.

Espero sensibilizarlo amable lector, para que nunca deje pasar síntomas extraños y no bien integrados y solicite ayuda a su médico de cabecera.

Hasta la próxima

Correo: ricardo.jauregui03@gmail.com





           



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