De manera espontánea, las personas hacemos gestos típicos en diversos problemas de salud.
Los gestos son muy parecidos en la misma situación, aunque las personas no tengan ninguna relación entre sí, ya que solamente en parte son aprendidos por observación a través de nuestras vidas y en parte son conductas innatas.
En los casos de migraña, los pacientes expresan que tienen un dolor pulsátil, llevando ambas manos a la altura de las sienes y al abrirlas y cerrarlas, expresan su sintomatología.
Otro ejemplo nos lo dan los pacientes con dolor abdominal por apendicitis, quienes se mantienen agachados, una posición llamada “en gatillo” y se llevan ambas manos al abdomen, a la fosa ilíaca derecha. Un ejemplo más nos lo proporcionan los gestos extraños en el rostro de una persona, aunado a la pérdida de atención en sí mismo, que es común en los esquizofrénicos, una variedad de psicosis, conocida vulgarmente como “locura”.
Los gestos incontrolables con sonidos vocales a veces incomprensibles y a veces majaderías extremas, son típicas de una enfermedad psiquiátrica y hereditaria, llamada Síndrome de Gilles de la Tourette.
En el caso de pacientes con un infarto agudo del miocardio, es típico llevarse una mano o las dos hacia el pecho, cuando los médicos les preguntamos donde está localizado el dolor. Con frecuencia una de las manos se mantiene cerrada contra el pecho, en tanto que otros tantos pacientes hacen el gesto de llevarse ambas manos abiertas hacia el tórax y las oprimen contra su pecho.
Esto se debe a que la naturaleza del dolor no les permite identificar un sitio preciso que origine la molestia, ya que el infarto del miocardio provoca un dolor visceral, muy profundo y muy intenso, lo que les impide reconocer el lugar de donde proviene y por ello usan sus dos manos para señalar el sitio del dolor.
En el caso de un dolor en el pecho, que se origine en un área muscular, el paciente señala con uno o dos dedos el sitio donde les duele y eso identifica claramente que el paciente no tiene un infarto del miocardio.
Estos gestos son muy característicos y han sido estudiados por los médicos durante años. El gesto de llevarse hacia el pecho una mano abierta, a veces empuñada o las dos abiertas, imitando la opresión que provoca el dolor que se origina en el corazón, recibe el nombre de Signo de Levine, ya que este médico identificó la asociación entre el gesto que el paciente hace y un infarto del miocardio.
Para comprobar esta relación, se han hecho muchos estudios científicos que la han demostrado. Así, en el Centro Médico Nacional hicimos un análisis de más de 500 pacientes que llegaron al servicio de urgencias con dolor en el pecho y analizamos el gesto que hacían para responder a la pregunta: ¿Dónde le duele?.
Nos encontramos que el 86% de las personas que hacían el gesto de Levine, efectivamente tenían un infarto del miocardio, en tanto que aquéllos que se llevaron uno o dos dedos al pecho para indicar donde les dolía, no fueron diagnosticados como infartados con los estudios de apoyo que les realizamos en el hospital.
Estos estudios fueron: un electrocardiograma en reposo al llegar a urgencias y varios análisis de laboratorio que se efectuaron al ingreso y seis horas más tarde. El electrocardiograma mostraba los signos característicos del infarto en el grupo con el gesto de Levine y fue siempre normal en el otro grupo, en tanto que las pruebas de laboratorio mostraron de manera consistente, una elevación considerable de las enzimas cardíacas en los pacientes con infarto y fueron normales en quienes acudieron por dolor de huesos y de origen muscular.
Les aclaro que los médicos de urgencias que evaluaron el gesto que el paciente hacía al ingreso, no tenían la información ni de los estudios de laboratorio ni del resultado del electrocardiograma, por lo que su juicio era basado solamente en la información que obtuvieron al interrogar a sus pacientes y en el gesto que habían hecho en respuesta a la pregunta sobre el sitio del dolor.
Por supuesto otros datos son también muy importantes para el diagnóstico, como son: hacia donde se les corre el dolor, el tiempo que le ha durado y si se ha acompañado de otros síntomas. Es muy probable que el paciente tenga un infarto si la duración del dolor está entre treinta minutos y una hora, si se le corre hacia el cuello y la mandíbula y si se acompaña de sudoración fría, asfixia y náuseas. No sólo el gesto de Levine es evaluado en urgencias, pero sin lugar a dudas, tiene un valor específico que ha sido demostrado a través de los años.
Un médico bien informado, siempre le prestará mucha atención a los gestos de sus pacientes para hacer un diagnóstico correcto y poder brindar la ayuda pertinente.
Pero también usted puede ser beneficiado con esta información. Así pues, si usted tiene un familiar que le manifiesta que quiere acudir al médico por dolor en el pecho, observe si hace el gesto de Levine cuando usted le pregunte por el sitio del dolor, pues es muy probable que sea completamente urgente que acudan a un hospital.
Hasta la próxima.