Hoy se celebra en todo el mundo este día de salud, programado anualmente por la Asamblea General de la Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial del Corazón (WHF por sus siglas en inglés) el último domingo de Septiembre.
La celebración del primer Día Mundial del Corazón fue en el año 2000 y nuestro país participa con gran entusiasmo gracias a las diversas sociedades cardiológicas que existen, ya que es una de las principales formas de mejorar el pronóstico de vida de los mexicanos.
Este año el objetivo es: Mejorar los ambientes donde las personas viven, trabajan y juegan, para evitar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Este objetivo está encaminado a desarrollar un planeta amigable para el corazón, ya que las enfermedades cardiovasculares son la causa directa de la muerte de casi 18 millones de personas cada año, en todo el mundo.
En nuestro país el año pasado se registraron 511 682 defunciones, de las cuales 185 710 tuvieron un origen cardiovascular, de tal modo que ¡cada tres minutos muere un mexicano por una enfermedad circulatoria!. Siete de cada diez personas fallecidas por este tipo de enfermedades, mueren por un infarto del miocardio, que en México, como en todo el mundo, son la primera causa de muerte.
Es por lo escalofriante de estas cifras, que se requieren nuevas políticas públicas de carácter preventivo tanto de tipo primario (antes de que una persona se enferme) como secundario (cuando ya padece un problema cardiovascular). Tener más espacios verdes, mejores desayunos escolares cardiosaludables, menor exposición a la contaminación ambiental, mayor educación familiar para evitar el tabaquismo y mejorar su alimentación, son sólo algunas de las medidas que la OMS y la WHF están promoviendo en este día.
En principio podría parecer que hay pocas relaciones entre las áreas y ambientes donde las personas desarrollan sus vidas y las enfermedades del aparato circulatorio, pero es todo lo contrario, puesto que los principales factores de riesgo para tener una lesión cardiovascular se ven influenciados por estos ambientes.
Así por ejemplo, el estrés es un factor directamente relacionado con estos padecimientos y las personas tenemos mayor estrés en ambientes desfavorables para vivir y trabajar.
Con los demás factores mayores ocurre exactamente lo mismo. Los factores de riesgo llamados mayores son la diabetes mellitus, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la dislipidemia.
Sin lugar a dudas la diabetes mellitus queda influenciada por la alimentación familiar, además de lo que se pueda comer en una empresa o la comida rápida en horario de descanso. Todos sabemos que existe una relación directa entre obesidad, Síndrome Metabólico y Diabetes Mellitus y a nadie sorprende que en una misma familia se observen varios miembros de la misma, con grados de obesidad muy parecidos, lo que favorece a la diabetes, además de la herencia en esta enfermedad, que es algo muy conocido.
Con el tabaquismo también hay una fuerte relación, pues las personas podemos ser fumadoras activas pero también pasivas. Por fortuna cada vez hay más restricciones para fumar en áreas públicas y de trabajo y eso favorece que el fumador activo disminuya su consumo y el pasivo no tenga relación con los fumadores. Pero en casa, debemos educar a los fumadores, pues de otro modo este ambiente familiar resulta completamente hostil para todos en la casa.
En el caso de la hipertensión arterial, ya se han identificado diversos genes directamente relacionados con la enfermedad, pero es precisamente un medio ambiente desfavorable lo que provocará que se desarrolle el padecimiento, dependiendo de los hábitos de sueño, los alimentarios, de actividad física y el grado de estrés que se maneje en la familia, pues no tiene un patrón hereditario como lo tiene la diabetes mellitus.
También la dislipidemia puede ser hereditaria, pero esta enfermedad que se caracteriza por niveles altos de grasas en la sangre, se relaciona más con los hábitos alimentarios que con la genética, puesto que la dislipidemia familiar es muy grave pero se presenta en menos del 2% de los enfermos cardiovasculares.
El manejo de un medio ambiente familiar favorable incluye sobre todo a los hábitos alimentarios, pues el consumo de alimentos ricos en grasas insaturadas como son el pescado, ensaladas, semillas oleaginosas de todo tipo, frutos frescos y secos, aceites de oliva crudo y aceite de canola para cocinas los alimentos, resultan altamente favorables para prevenir un infarto del miocardio.
Espero, de todo corazón, haberles dado información suficiente para estimularlos a cambiar. Hoy es un buen día.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.