» Cuando los riñones son los responsables de la hipertensión que padeces

Esta nota fue creada el lunes, 15 diciembre, 2014 a las 6:45 hrs
Sección: La corazonada

Existen dos grandes grupos de causas de la hipertensión arterial sistémica, que es la enfermedad crónica más frecuente en todo el mundo.

Efectivamente, la elevación de la tensión arterial se presenta en casi la mitad de los adultos con más de 30 años, de ambos géneros, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud.

El 95% de los pacientes con hipertensión no tienen una causa definida para haber enfermado, por lo que a este tipo de enfermedad, lo conocemos como hipertensión esencial para destacar su origen de carácter desconocido, si bien cada vez es más común referirse a la enfermedad como primaria, como opina la Organización Mundial de la Salud. Aunque se han identificado al menos dos genes claramente relacionados con la enfermedad y existen varios problemas que se han relacionado con este padecimiento, como la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo, su causa real sigue siendo desconocida.

Cuando podemos definir claramente una causa de la enfermedad, la hipertensión es llamada secundaria y si bien se presenta en un 5% solamente, el hecho de definir esta situación tiene muchas ventajas para los pacientes.

El principal beneficio es que la mayoría de los pacientes con hipertensión secundaria pueden quedar curados de la enfermedad al eliminar la causa de su problema. No hay que olvidar que la hipertensión primaria es incurable y los pacientes deben tomar medicamentos de por vida y seguir varias modificaciones a su estilo de vida, como abandonar el tabaquismo, hacer ejercicio aeróbico frecuente y perder peso.

Las causas de la hipertensión secundaria son múltiples. Están las de origen renal que son las más frecuentes, la coartación de la aorta, los tumores de las suprarrenales, tumores abdominales conocidos como feocromocitomas, algunos trastornos neurológicos como la apnea del sueño, la hipertensión del embarazo y varios problemas tiroideos.

En La Corazonada del 19 de Mayo de este año, revisé para ustedes, amables lectores, las relaciones que existen entre el corazón y los riñones. Hoy les destaco que hay básicamente dos problemas renales como causa de hipertensión: las lesiones del riñón y las obstrucciones de las arterias de los riñones.

En el caso de que sea el órgano el afectado, la principal razón es la diabetes mellitus que ocasiona una afectación que no es reversible, pero también están las infecciones (llamadas pielonefritis) y la inflamación del riñón que no tiene un origen infeccioso, conocida como glomerulonefritis. Estos dos problemas pueden recibir un tratamiento definitivo y eso les da un perfil mucho más benigno y curable.

Por otra parte tenemos las lesiones de las arterias renales, que al producir una obstrucción al flujo sanguíneo, produce una respuesta compensadora en el riñón que consiste en secretar grandes cantidades de una hormona, llamada renina, que provoca la constricción de todas las arterias, con lo cual la tensión arterial se eleva de manera considerable. Sencillamente, el riñón detecta que no le llega sangre y produce esta respuesta, que provoca cada vez más daño.

Aquí, debo hacerles una aclaración muy pertinente. Si bien la hipertensión secundaria se presenta en sólo el 5% de todos los pacientes, la obstrucción de una arteria renal es una causa muy frecuente de hipertensión resistente, puesto que representa hasta el 30% como causa en estos pacientes.

Me explico: hay pacientes que no logramos controlar ni siquiera con tres diferentes medicamentos antihipertensivos y los conocemos como hipertensos resistentes. Pues resulta que la tercera parte de estos pacientes, tienen una obstrucción en una o las dos arterias renales y por eso no se controlan. En 1992 tuve la oportunidad de estudiar un grupo muy grande de pacientes con este tipo de hipertensión resistente y la sorpresa fue que uno de cada tres, tenía una obstrucción de la arteria renal. Eso me permitió ser el primer cardiólogo en efectuar una angioplastia renal en el Centro Médico Nacional, un procedimiento que se realiza comúnmente en la actualidad.

En los pacientes muy jóvenes, la causa es una lesión congénita llamada displasia fibromuscular, consistente en un crecimiento anormal de las capas interna y media de la arteria. En los pacientes con más de 40 años la causa es una placa de ateroma, es decir, de nuevo la ateroesclerosis es el origen del problema.

Por fortuna, la obstrucción de la arteria renal por cualquiera de las dos causas más comunes, se resuelve con un cateterismo renal, seguido de una angioplastia de este vaso sanguíneo. El procedimiento se realiza con una punción en la arteria de la ingle, mediante anestesia local, para luego colocar un catéter con un globito en la punta, que se coloca en el sitio de la obstrucción para poder abrirla. Después se coloca una mallita de nitinol, conocida como stent, para evitar que vuelva a cerrarse la arteria. El procedimiento tiene un éxito del 100% a corto plazo y menos del 3% se estrecha de nuevo a largo plazo, de manera que es un tratamiento definitivo, indoloro y con muy raras complicaciones.

Por lo tanto, recuerde que si usted padece de hipertensión arterial y es menor de 30 años o para poder mantenerse controlado, su médico le receta más de tres medicamentos, es muy probable que tenga una hipertensión secundaria de origen renal.

Espero haberles brindado información útil para mejorar sus vidas que es el único objetivo de esta columna.

Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com

Hasta la próxima.





           



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