Las arterias coronarias son como pequeñas mangueras, perfectamente regulares y lisas, que se encargan de llevar un litro y medio de sangre al corazón cada minuto, para mantenernos vivos.
Miden cinco milímetros de diámetro como máximo y conforme van dando ramas, mientras se dividen a lo largo del corazón, se vuelven cada vez mas delgadas.
Su diámetro depende de las influencias de diversas sustancias externas como el tabaco, el alcohol, drogas o medicamentos, así como de elementos internos como la estimulación de los nervios vegetativos y las hormonas como adrenalina, cortisol, aldosterona y angiotensina, que regulan qué tanto se mantendrán abiertos o cerrados todos los vasos sanguíneos, incluyendo las coronarias.
Cuando se presenta un espasmo vascular, el diámetro de la arteria disminuye en forma dramática, con lo que el flujo sanguíneo se ve interrumpido hacia el órgano que ese vaso irriga. Otro dato importante es que la sangre fluye por la arteria en forma totalmente expedita, pues se mantiene líquida al no tener turbulencias ni encontrar obstrucciones que favorezcan la formación de trombos (coágulos).
Ya es conocido que alrededor del cuatro por ciento de los pacientes que son estudiados con cateterismo cardíaco, padecen este problema. En 1996 junto con mi equipo de trabajo, publiqué un trabajo científico sobre la enfermedad y posteriormente analicé todo el tema en mi libro de texto, pues los cardiólogos desconocemos mucho sobre el origen del padecimiento y los médicos de primer contacto pocas veces piensan en este problema, lo cual no les permite pensar en este diagnóstico.
Por lo tanto es mucho mas frecuente de lo que piensan los médicos generales y está lejos de ser una rareza médica.
El nombre de la enfermedad deriva de la palabra griega (ectasis) que significa dilatación y es mucho mas frecuente en hombres con una relación de nueve a uno. Se asocia a varios problemas como la Enfermedad de Kawasaki, de la que les hablé en otra Corazonada, los traumatismos del tórax y problemas inflamatorios de los vasos sanguineos como las arteritis, que en realidad son problemas poco frecuentes.
Parece ser que la Ectasia es otra forma de presentación de la ateroesclerosis, esa enfermedad ocasionada por placas de colesterol en las arterias y que mata a unos ciento cincuenta mil mexicanos cada año.
La ateroesclerosis ocasiona obstrucciones de los vasos sanguíneos y se acompaña de espasmo de los vasos y de la producción de trombos (coágulos) en su interior, lo que causa una severa disminución del flujo sanguíneo. Por causas desconocidas, en algunos pacientes la ateroesclerosis adelgaza y debilita las paredes de las arterias lo que ocasiona que se dilaten y por eso se desarrolla la Ectasia coronaria, que también se acompaña de vasoespasmo y de la formación de trombos.
Por esto, los pacientes padecen angina de pecho y pueden desarrollar infarto miocárdico, con todas las complicaciones de esta enfermedad.
Empezamos a estudiarlos con electrocardiograma y ahí empezamos a sospechar de que padecen de mala circulación en el corazón y luego comprobamos el problema con ecocardiografía, prueba de esfuerzo o con Medicina Nuclear.
Sin embargo, el diagnóstico de la Ectasia necesariamente es a través de la realización de un cateterismo cardiaco, aunque puede sospecharse con estudios de tomografía o resonancia magnética del tórax. pero insisto en que la ‘regla de oro’ es el cateterismo.
El tratamiento necesariamente se efectúa con medicamentos anticoagulantes para mantener la sangre fluida, además de tratar a los pacientes con aspirina y clopidogrel para evitar la formación de trombos y es importante que comprendan que el tratamiento se debe aplicar por toda la vida. El pronóstico para la función cardiaca, la capacidad de esfuerzo y para la vida, varía mucho, pero en general es favorable.
Hace 22 años que trato a un paciente con Ectasia y dado que es muy disciplinado, se ha mantenido en excelentes condiciones. Espero que eso suceda con todos aquellos pacientes que se enfrenten con este problema, como el paciente mas reciente que me consultó hace tres días, a quien le prometí tratar hoy este tema en La Corazonada.
Además de que ayer abordé un avión en Toluca, lo que me hizo recordar que a muchos pacientes les explicamos, de esta sencilla manera, que padecen de Ectasia coronaria: ‘desafortunadamente sus coronarias se hicieron como chorizos’.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.