>Pasado el trago amargo de no haber podido evitar que la oposición en el Senado de la República resucitara el tema de la rendición de cuentas y democracia interna en la reforma laboral, los priistas se aprestan a dar la batalla en la Cámara de Diputados.
Para comenzar, existe la intención de la bancada tricolor de entrarle al asunto tan pronto como sea posible, una vez que el texto que reciban del Senado sea analizado con lupa, no vaya a ser la de malas.
La fecha la decidirá la Junta de Coordinación Política, pero el grupo mayoritario, o sea el tricolor, considera que podría ser incluso el propio martes el análisis y discusión si el resto de los partidos están de acuerdo.
Lo que no ha quedado claro aún, es si los priistas avalarán los cambios hechos por los senadores, toda vez que los legisladores de la Cámara Alta se manifestaron –ahí está el diario de los debates-, por la “transparencia sindical’’, que no puede ser si no existe rendición de cuentas y democracia.
Además, porque ayer corrió la versión de que el presidente electo Enrique Peña Nieto no vería con malos ojos la reforma laboral tal como la concibió el Senado.
Total, él también se manifestó por la transparencia.
>Lo que resultó extraño –además del voto de Mónica Arriola Gordillo en la sesión del martes y su voto a favor de la democracia sindical-, es el hecho de que ayer los dirigentes empresariales que habían “exhortado’’ al Senado a aprobar sin cambios la minuta de reforma laboral que recibieron de los diputados, hicieron mutis.
¿Dónde quedó la Coparmex, la Concamín, la Canacintra que tanto tiempo dedicaron a defender el status quo de los sindicatos con tal de obtener una reforma laboral descafeinada?
Tampoco la scretaria de Trabajo, Rosalinda Vélez Juárez, hizo un pronunciamiento sobre el tema.
No tendrían que estar en contra de lo aprobado por el Senado porque, al final de cuentas, no se movió ni una coma a los artículos creados o modificados para el impulso al empleo, que es lo que los organismos empresariales y la propia secretaria de Trabajo reclamaban.
Eso no se tocó; lo que se modificó todavía puede cambiar.
>Por cierto, dentro de las modificaciones a la legislación laboral aprobadas por la oposición en el Senado, destacó la propuesta de Alejandra Barrales de encarecer, por llamarlo de alguna manera, los emplazamientos a huelga por la titularidad de un contrato colectivo de trabajo.
Este es un verdadero negocio del que se han valido muchos dirigentes sindicales para poner contra la pared a micros y pequeños empresarios.
Trate usted de poner un negocio, por pequeño que sea, o inicie la construcción de una vivienda y en menos de dos días le caerán –lo asaltarán-, supuestos representantes sindicales que le venderán “la protección’’ de su organización.
Ejemplo hay cientos de miles; nomás de una vuelta por cualquier construcción y verá que no es mentira.