
El Tribunal Electoral avaló el nuevo modelo de casilla seccional para la elección judicial, que permite que por primera vez en más de 30 años, el funcionario de casilla no sea el responsable de contar los votos ahí mismo, que todas las boletas se revuelvan en una sola urna y que al término de la votación, las trasladen a las juntas distritales para que el cómputo lo hagan funcionarios electorales.
En un debate de casi dos horas, las magistraturas volvieron a mostrar su división en cuanto a la forma en que se debe garantizar la certeza y legalidad de la elección judicial, imponiéndose una vez más el bloque mayoritario para avalar el nuevo “modelo de casilla seccional” aprobado por el INE, que permite que por primera vez, los votos no se cuenten en las casillas al cierre de la votación.
La Sala Superior recibió varias impugnaciones en contra de este acuerdo, alegando que es indebido que el escrutinio y cómputo se realice en las sedes distritales de la autoridad electoral y no en las mesas directivas de casillas por las y los vecinos que recibieron los votos; y que se instale una sola urna para todas las boletas de todos los cargos, incluso revolviendo los locales con los federales.
En los juicios, los inconformes señalaron que ni la Constitución ni la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE) contempla que sea la autoridad administrativa electoral, es decir, el INE, el responsable de hacer el primer conteo de los votos.
Con un proyecto del magistrado Felipe Fuentes, el bloque mayoritario autorizó el modelo sin ningún ajuste bajo el argumento de que el INE es quien tiene la facultad de regular la función de los “conteos, sumatorias y cómputos”, y trasladar esta labor de casillas a sedes distritales no rompe con la certeza del modelo electoral mexicano.
“Hacer el cómputo en casilla generaría una mayor afectación a la certeza y a la rapidez en que se efectúa el cómputo y generaría una dilación en la actividad, e insistiría en la complejidad con la que se realiza que cada ciudadano asiente su voluntad. Creo que, si el personal profesional que existe en cada Consejo Distrital realiza esa tarea, pues también contamos con la presencia de ciudadanía, recordemos cómo se eligen a las personas que integran estos consejos, son ciudadanía”.
El magistrado Felipe de la Mata Pizaña incluso, sostuvo que “un funcionario de casilla es flor de un día, de unas pocas horas”, por lo que esta elección que implica contar cada boleta hasta nueve veces, les obligaría a trabajar con la autoridad electoral más allá del domingo en la jornada electoral, como aceptan hacerlo de manera gratuita.
“Así como había un principio en las elecciones del Ejecutivo y del Legislativo de ‘una boleta, un voto’, aquí tenemos una boleta donde va a haber nueve votos, que es la boleta de candidatos a la Suprema Corte o una boleta y dos votos, que es la boleta a la Sala Superior; o una boleta y cinco votos, que es a la candidatura del Tribunal de Disciplina.
“Se calcula que pueden tardar, este cómputo, varios días, se dice que pueden ser 12, ¿qué ciudadanos o cuántos ciudadanos podrían estar dispuestos a dejar su trabajo, su vida y su familiar para ir a trabajar 12 días para hacer esos cómputos?, y van a decir, ‘sí, siempre hay héroes’ y sí, la verdad es que sí, siempre hay héroes, el pueblo mexicano es muy solidario, nada más que aquí necesitamos varios cientos de miles de héroes que hagan ese trabajo en un tiempo rápido y donde la capacitación para este cómputo es especialmente compleja”.
Por lo que sostuvo que “el abandono temporal del paradigma de la ciudadanización de la casilla responde a las circunstancias especiales” de la elección judicial, y llamó a confiar en el personal del INE.
“Son los funcionarios del INE, no estamos hablando de que lleguen, como pasaba en otra época, funcionarios de las secretarías d Estado, no, no; los funcionarios, que muchos serán del Servicio Profesional Electoral, que tienen que pasar exámenes, que son independientes.
“Yo le doy un voto de confianza al INE. ¿Por qué? Porque el INE ha demostrado su trabajo independiente a lo largo de décadas, no de hoy, no de la semana pasada. Yo creo en el INE y creo también que este trabajo se hará de manera profesional”.
Otálora y Rodríguez: modelo es un retroceso, provocaría sospechas y desconfianzas
En contraste, la magistrada Janine Otálora fue la primera en manifestar su desacuerdo con este nuevo modelo de casilla que aleja a la ciudadanía en el proceso fundamental que es el resultado de la votación.
“El hecho de validar un modelo de escrutinio y cómputo de votos en el que no participe la ciudadanía, es decir, no participan las y los funcionarios de casilla, en mi opinión implica un retroceso en justamente la calidad de nuestra democracia. El escrutinio y el cómputo, el día de la jornada electoral es uno de los elementos fundamentales para conocer con certeza el sentido de la voluntad del electorado.
“La ley indica que las mesas directivas de casilla están facultadas para esa función, los consejos distritales son para los cómputos distritales. Ésta puede ser considerada la función más importante de todo el proceso electoral ya que está vinculada, directamente, con la emisión de la voluntad ciudadana”.
Señaló que esto implica además, que la anulación de boletas sobrantes no se haga en las casillas, lo que también podría generar desconfianza, además de que consideró que no hay ningún elemento razonable ni objetivo para prever una urna única.
“La cancelación de las boletas en un proceso que no va a tener vigilancia directa, resulta un elemento de confianza indispensable en este proceso ciudadano.
“Quiero recordar que la justicia electoral nace en México para que se cuenten bien los votos, dadas las acusaciones que existían en aquel entonces de una manipulación de los sufragios por parte de un partido hegemónico.
“Esa sospecha y desconfianza están tan arraigadas en la memoria de nuestra sociedad, que aún hoy no ha sido posible implementar el voto electrónico, pese a su eficacia y eventual ahorro económico”.
A lo que se sumó Reyes Rodríguez Mondragón quien sostuvo que “este es un proceso electoral y, por lo tanto, su certeza, transparencia, legalidad, integridad debiera seguir la lógica del modelo constitucional que respalda la confianza y legitimación en la participación ciudadana, y no sólo como votantes, sino como actores claves en la organización y el cómputo”.
Las magistraturas entraron en un momento de confrontación cuando Rodríguez Mondragón sostuvo que el proyecto tendría una visión sesgada, lo que fue replicado por el ponente Felipe Fuentes quien pidió respeto.
Aunque después, se sumó la magistrada presidenta Mónica Soto quien volvió a llamar a superar las añoranzas del pasado y acusó de “falacia” que se diga que la ciudadanía no participará en el cómputo, cuando el personal de las juntas distritales también son ciudadanía.
“Aquí, ni somos oposición, ni somos gobierno, somos impartidores de justicia de última instancia. No coincido con que especulemos en que va a ser terrible lo que viene, no coincido también en que traigamos aquí el fraude, el fantasma del fraude que no ha sido olvidado, me parece delicado traer aquí ese tema. Y también creo que esta visión catastrófica no le corresponde al Tribunal Electoral ponerla”.
Lo que tuvo réplica de Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón quienes expusieron que “mis intervenciones no son falacias sino un disenso jurídico” y exhibieron que nunca mencionaron las palabras que la presidenta acusó.
Finalmente, tras casi dos horas de debate, el bloque mayoritario avaló mantener este nuevo modelo, que generará una jornada electoral inédita, sin los resultados preliminares que se tienen en cada proceso electoral.
(milenio.com)