No se puede escatimar el reconocimiento al cambio en la estrategia de seguridad aplicado en los primeros 90 días de la administración de Claudia Sheinbaum.
El cambio, apurado quizá por las amenazas de Donald Trump o por la propia convicción de la Presidenta, arroja resultados que desde ahora permiten contrastar su efectividad contra la política de López Obrador de “abrazos, no balazos’’.
Más del 80% de los golpes contra la delincuencia organizada han ocurrido en Culiacán y algunos municipios vecinos; otros se han dado en el Estado de México y algunos en la capital del país.
Han caído capos más allá de medio pelo, pero siguen sin caer las cabezas de los líderes de los cárteles.
Esas capturas, así como el decomiso de drogas y armas, permiten a la Presidenta y a su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, presumir un golpe de timón, que hasta el Gobierno de Estados Unidos ha reconocido.
Es apenas el comienzo; faltan muchos más capos por detener y muchas bandas por liquidar.
Falta que la estrategia también llegue a Veracruz, a Chiapas, a Guerrero, Michoacán, Tamaulipas y Oaxaca entre otros, que quizá alcancen turno cuando la tarea de Harfuch termine en Culiacán.
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El asesinato del diputado federal Benito Aguas, en Zongolica, Veracruz, caló hondo en el ánimo de la dirigencia del Verde Ecologista.
A tal grado, que, contrario a su costumbre, el senador Manuel Velasco, coordinador de la bancada verde, pidió en conferencia de prensa que el delito “no quede impune’’.
El chiapaneco reconoció que Veracruz (al igual que Chiapas), se encuentran en una crisis de seguridad “que heredaron los nuevos gobernadores’’.
Y aunque para muchos pasó desapercibido, el reproche de Velasco es hacia los exgobernadores Cuitláhuac García y Rutilio Escandón, a quien Claudia Sheinbaum prometió un puesto en el Gobierno federal, quien sabe por qué méritos.
¿Merecen García y Escandón un puesto en el Gobierno federal?, le preguntamos a Velasco.
-Nosotros respetamos las decisiones de la Presidenta; es su atribución, no lo vamos a confrontar-, respondió, pero también, entre líneas, no dejó de subrayar el hecho irrefutable de que Veracruz y Chiapas pasan por su peor crisis de seguridad debido a “cosas que no se hicieron’’.
¿Escucharon?
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El PRI en el Senado presentó, por conducto de Alejandro Moreno, una iniciativa para que se elimine el cobro de comisiones bancarias por retiros en cajeros automáticos, renovaciones de tarjetas y por no alcanzar el mínimo de operaciones en negocios.
La propuesta, sin duda interesante, tiene también su jiribilla.
Con la propuesta tricolor, se busca favorecer a los mexicanos de menores ingresos quienes deben pagar una comisión al banco hasta por retirar el dinero de los programas sociales.
“(La iniciativa) busca establecer un marco normativo más justo y transparente, que permita a los usuarios acceder a servicios financieros en condiciones equitativas y fomentar la competencia en un sector que, históricamente, ha mostrado altos niveles de concentración’’, precisó Moreno.
Esta propuesta supondrá para Morena, una disyuntiva: si está a favor del pueblo bueno y sabio, tendrá que apoyarla en sus términos pues no ha pasado un día desde que asumieron el gobierno sin criticar a bancos y banqueros.
Ahora que, bueno, si no la apoyan, ¿también el partido del gobierno estará al servicio de la oligarquía?
Ya veremos.
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Si nos quejamos del cochinero que se hizo para reelegir a Rosario Piedra Ibarra en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, échele un vistazo a lo que ocurre en el Congreso de la CDMX, propiamente el mal llamado Consejo Judicial Ciudadano, que ayer torció todas las votaciones para favorecer la candidatura de Bertha Alcalde para ocupar la fiscalía local.
Y ni así pudieron.
@adriantrejo
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