A pesar del complicado panorama fiscal que se avecina con la próxima administración federal, Héctor Amaya Estrella, presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), hizo un llamado a pensar detenidamente en una reforma fiscal que beneficie a México.
“Ahorita sería un poco atropellado salir con una reforma fiscal de aquí al primero de enero, pero sí considero que tendrán que tenerla en el camino. Es decir, quizás el próximo año se trabaje muy bien una propuesta”, comentó en conferencia.
Por su parte, Rolando Silva Briceño, vicepresidente de fiscal en el IMCP, expuso que, cuando se presenta un déficit fiscal, no necesariamente se requieren nuevos impuestos como respuesta.
Señaló que, para poder revertir el déficit fiscal, se deben disminuir los gastos, así como incluir a más contribuyentes en los mismos impuestos, con el objetivo de tener más ingresos o menos gastos, o una combinación de ambas.
“Cuando se cuestiona a la administración actual, parte del motivo de este déficit fiscal es que hay inversiones que se hicieron exclusivamente en 2023 y 2024, que deberían quedar liquidadas en su mayoría en 2024”, explicó Silva Briceño.
“De manera que, con los mismos niveles de ingresos, aunque esperaría que no fuera el caso, con los mismos puntos de ingresos, se podría tener un déficit fiscal mucho menor debido a la conclusión de las evaluaciones tan fuertes que se están realizando y que tienen mucho que ver con las construcciones emblemáticas”, agregó.
Comentó que, al no tener la necesidad de realizar inversiones tan grandes como las de una obra nueva y manteniendo el nivel de recaudación actual, se podría reducir este déficit.
“Creemos que veremos modificaciones fiscales después del primer año, cuando se asienten las bases, así como una revisión del tratado que tenemos con nuestros vecinos del norte”, indicó.
Sobre la posibilidad de aprovechar el actual capital político para lograr una reforma fiscal, Amaya Estrella señaló que lo consideran evidente.
“Si hoy tengo la posibilidad de cambiar el rumbo en algo que pueda mejorar mi camino y el viento sopla a mi favor, creo que lo voy a intentar. Lo que no tengo tan claro es cuál es el panorama fiscal que la autoridad desee en este momento; es muy probable que esto tenga que esperar hasta un segundo año”, destacó.
Recordó que el déficit fiscal, al nivel en el que se encuentra actualmente México, es insostenible, y de seguir así, una opción sería endeudarnos, lo cual tampoco es viable.
“El hecho de buscar más deuda también pone en riesgo la calificación crediticia del país. Entonces, voltear y decir: ‘bueno, ¿saben qué? vamos a subir los impuestos’, tampoco es una buena idea aunque pudiera parecer más sencilla”, concluyó.
(milenio.com)