La democracia no acabará arruinada con la intromisión del conjunto de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), aseguró Daniel Innerarity, catedrático de filosofía política y social e investigador de la Fundación Vasca para la Ciencia (Ikerbasque) en la Universidad del País Vasco.
El experto señaló:
“Las máquinas y los humanos pensamos de manera muy distinta. Estamos sobrevalorando la inteligencia de las máquinas e infravalorando nuestra inteligencia; pero sobre todo, estamos pensando que las dos están en la misma dirección y se dedican a las mismas cosas. Que los robots vayan a desarrollar en el futuro determinadas tareas no significa que nosotros nos vamos a quedar sin trabajo, sin nada que hacer”.
Inteligencia artificial no afectará a la democracia
De acuerdo con información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante una conferencia magistral dictada en la sede principal del organismo en
Santiago, Chile, el catedrático explicó que se ha estado
pensando que el ecosistema humanos-máquinas se trata de dos realidades demasiado similares, pero la inteligencia humana y la artificial son dos inteligencias diferentes, y no se trata de hacer competir la una con la otra, sino de generar un ecosistema en el que nos beneficiemos los unos de los otros.
Durante su presentación, Innerarity reconoció que existe una crisis de la democracia, porque no está funcionando bien la ‘correa de transmisión’ entre la ciudadanía, la representación pública y las instituciones. Destacó que la humanidad vive un momento de profundo desconcierto ante un conjunto de tecnologías que parecen muy prometedoras desde el punto de vista democrático, pero al mismo tiempo muy amenazantes para el propio sistema democrático.
Advirtió que el gran tema, desde el punto de vista político, tecnológico y legal, es cómo protegemos las decisiones futuras, pues vivimos en sociedades abiertas, dinámicas, abiertas al cambio, pero las tecnologías digitales están diseñadas para alimentarse de datos del pasado y subrayó que una cuestión política, ambigua, discutible y controvertida no puede ser abordada por un algoritmo.
“Las máquinas toman buenas decisiones cuando se trata de problemas para los cuales hay muchos datos, el input y el output están claros, las soluciones son binarias y hay un contexto de estabilidad generalizada. Si tienes eso, que decida una máquina. Si no tienes eso, si lo que tienes es pocos datos, no se sabe muy bien cuál es el objetivo, hay incertidumbre, los problemas son ambiguos, lo tenemos que hacer los humanos”, afirmó Innerarity.
(milenio.com)