En medio de anécdotas, cariño, aplausos, fotografías y la música de Tania Libertad, su eterna amiga, se presentó Armando Manzanero, un libro que recopila parte de la vida y obra del gran compositor mexicano, quien ofrecía su alma, canciones, el piano y su corazón al público.
En “su casa”, el Centro Cultural Roberto Cantoral, uno de los grandes legados que dejó el compositor, se reunieron: Laura Barrera, Manolo Marroquin , Pavel Granados, Jorge Buenfil, Enrique Martín Briseño, Carlos Díaz Barriga y Arturo Avila Cano, además de dos de sus hijos, amigos y colegas, quienes compartieron una noche inolvidable.
El escritor Pavel Granados, quien se encargó del prólogo, opinó que “era necesario hacer un libro en torno al maestro Armando Manzanero (1934-2020) y fue hecho por varias manos, instituciones y personas admiradoras del maestro. Y era una visión que necesitábamos, una visión panorámica, inteligente y responsable. Pero creo que será un punto de partida para seguir hablando de Manzanero, a quien pude conocer”.
El libro Armando Manzanero fue una idea del editor Alberto Tovalín Ahumada, editado por el gobierno de Yucatán en colaboración con la Secretaría de Cultura y las Artes e incluye códigos QR con contenido sobre la vida del maestro.
Por su parte, Manolo Marroquín, secretario del consejo directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), señaló: “Recordamos al maestro Manzanero simpático, gracioso, divertido, amante de la comida y quién cocinaba muy sabroso, pero también era un líder extraordinario de esta institución, que colocó a la Sociedad de Autores en los cuernos de la luna, con su nombre, abríamos todos los países y todas las naciones con su mano firme y era un hombre trabajador”
En su momento, apareció quien fuera una de sus grandes amigas, Tania Libertad, quien interpretó tres canciones: “Voy a apagar la Luz”, Ese Es Problema Tuyo” y “Por debajo de la Mesa”, con su peculiar estilo que provocó una lluvia de aplausos en el lobby del Centro Cultural Roberto Cantoral.
“Yo lo conocí cuando tenía como 13 o 14 años, yo le abría los conciertos a él en Lima y el destino me trajo a vivir a este maravilloso país y a compartir con don Armando Manzanero grandes aventuras, qué personaje más hermoso y aquí estoy hoy rindiendo un breve homenaje musical”, dijo la cantante notablemente emocionada. .
El trovador yucateco Jorge Buenfil recordó algunas historias al lado de Manzanero en la mesa de algún restaurante.
“Fue uno de los últimos textos que entraron y le decía a Alberto que necesitábamos un texto muy lírico, que refleja cómo era don Armando. Para vislumbrar la hechicería de Armando Manzanero, no hay que acudir a referencias hemerográficas o la nota de estadística de ventas. Para saborear la canción de Manzanero hay que enamorarse hasta la médula, extrañar como si las jacarandas palidecerán por la ausencia del ser amado”.
Mientras sus amigos lo recordaban, a un costado del escenario se proyectaba el contenido del libro que incluye notas periodísticas, fotos, letras de sus canciones escritas con el puño y letras del compositor, una investigación iconográfica y la historia de una vida que se apagó demasiado pronto.
Arturo Ávila Cano habló de las imágenes que componen el libro-álbum, la investigación y documentación.
“El libro Armando Manzanero despertará emociones, como lectores que apreciamos la poética verbal y visual, con carteles de cine, retratos de época, unos más recientes, ensayos, conciertos, familiares y muchas más. Es un libro también para melómanos con portadas de la historia musical del maestro. Sabemos que las canciones del maestro y este hermoso libro que lleva su nombre, forman parte ya de nuestro acervo emocional, de nuestra educación sentimental y espero que formen parte de nuestras bibliotecas personales”
Mil y un anécdotas rodearon la presentación del libro, la noche fue insuficiente para hablar y recordar al compositor mexicano, su humor, el talento, sus reflexiones policías y sociales; su misteriosa inspiración, su amor por la cocina, las charlas con sus amigos y hasta se mencionaron, algunas de sus últimas indicaciones a Laura, su asistente por muchos años
“Tú nada más diles (a la prensa) que me fui al mar”, recordó Carlos Díaz Barriga, al hablar de Manzanero, quien tenía una pasión superior a la música, la cocina, que podría dar para otro libro. Era un hombre de gratitudes”.
Finalmente, el escritor e historiador Enrique Martín Briceño, dijo que “el libro Armando Manzanero, fue una tarea gozosa donde traté en todo momento de aunar el rigor académico y la amenidad y ustedes juzgarán sí lo conseguí”
(milenio.com)