El ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, acusó a su sucesor en el cargo Javier Corral, de haber entregado el estado a la delincuencia, y aseveró que también brindó protección al grupo criminal de Los Salazar, al cual pertenece José Noriel Portillo Gil, El Chueco, presunto asesino de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar.
“Javier Corral destruyó la estrategia exitosa contra la inseguridad con que disminuyeron los delitos de alto impacto en todo el territorio de Chihuahua y entregó el estado a la delincuencia.
“De igual manera, brindó protección al grupo generador de violencia al que pertenece El Chueco Noriel Portillo, quien asesinó a sangre fría a dos sacerdotes jesuitas y al guía de turistas en Cerocahui (Pedro Palma)”, indicó el ex mandatario a través de una carta.
Recordó que el grupo delictivo de Los Salazar, brazo armado del Cártel de Sinaloa, está detrás de la muerte de la periodista Miroslava Breach, crimen cometido en 2017; también del turista norteamericano Patrick Braxton-Andrews, en 2018, delito cometido por El Chueco.
El ex gobernador aseguró que Javier Corral nunca tuvo la intención de detener a El Chueco, considerado un peligroso generador de violencia.
“…al contrario, sus acciones estaban dirigidas a destruir toda la estrategia que había permitido sacar al estado de Chihuahua de una violencia incontenible”, apuntó.
En su misiva, explicó que Javier Corral, como gobernador, desmanteló la estrategia en materia de seguridad que había sido exitosa y había desactivado la ola de violencia que ubicaba a Ciudad Juárez como la ciudad más peligrosa del mundo por 10 años consecutivos.
César Duarte comentó que dicha estrategia dio como resultado que, en su administración, la citada localidad fronteriza saliera de la lista de las primeras 50 ciudades más violentas del mundo y sin hacer uso excesivo de la fuerza.
Se preguntó cuáles son la razones por las que Javier Corral invadió y contaminó la escena del crimen donde se encontraban evidencias importantes del homicidio de la periodista Miroslava Breach, que curiosamente los autores señalados en ese homicidio coinciden con el mismo grupo generador de violencia que atentaron contra los sacerdotes jesuitas.
“Corral hizo hasta lo imposible para deslindar a quienes usaron hasta los mismos teléfonos de su escritorio de gobernador para hacer las grabaciones a Miroslava Breach y que fueron el móvil de su artero homicidio”, abundó.
Manifestó que Javier Corral, aprovechando su relación jerárquica, con un entonces funcionario de su gobierno y paisano de Miroslava, al cual citó en su despacho junto con el fiscal César Augusto Peniche, le dijeron que lo iban a ayudar, y ahí mismo le aconsejaron y dictaron su declaración, le ‘tomaron una declaración ministerial’ que sirvió para hacerlo su chivo expiatorio.
“…hoy está en la cárcel, logrando Corral deslindarse el mismo y ‘proteger’ a sus más cercanos colaboradores de este homicidio de una manera tramposa y vil”, enfatizó.
Duarte Jáquez afirmó que el mismo gobernador Corral estuvo muy activo en la investigación de la periodista asesinada y que hoy queda claro como la manipuló.
“Debería aclarar cuál fue su verdadero interés en el asunto, ya que plenamente coincide este caso con el homicidio del ciudadano norteamericano, el del guía de turistas y el de los dos sacerdotes jesuitas. Aquí podemos aquilatar el grado de protección que otorgó Corral a este grupo criminal. No hay ninguna duda de su complicidad”, advirtió.
El ex gobernador puntualizó que él no huyó de Chihuahua, sino que al día siguiente de dejar su encargo, Javier Corral le quitó la seguridad, “por lo que me orilló a salir del país”. “Me citó en un juzgado el 12 de diciembre de 2016, cuando era público que sería operado quirúrgicamente de la columna vertebral ese mismo día en Houston, Texas, a raíz del accidente que sufrí en el helicóptero y requerí meses de recuperación”, detalló.
(milenio.com)