Lo que podría ser el fin de los prostíbulos en Taiwán, se debe a que el último de este tipo de negocios en la isla que reguló en 1956, anunció que cerraría sus puertas en junio y hasta ahora no ha solicitado renovar su licencia.
“Tientienle”, situado en Taoyuan (noroeste), era el único burdel aún operando según las reglas, pero su propietaria comunicó a la policía que cerraría el 1 de junio y a partir del 1 de julio, si no volviera a abrir, su licencia quedaría revocada, según una fuente policial citada por la agencia oficial de noticias CNA.
Las cuatro mujeres que trabajaban en este lugar se marcharon porque la pandemia mermó sus ingresos, que ya se habían visto reducidos en los años anteriores debido a la competencia de la creciente prostitución en línea, ilegal en Taiwán.
La isla reguló estos negocios en 1956, aunque con condiciones: necesitarían una licencia y debían cerrar tras la muerte de su propietario, algo con lo que esperaban acabar paulatinamente con la prostitución.
Desde entonces, de acuerdo a medios locales citados por la agencia taiwanesa, unos 500 burdeles recibieron licencia para operar legalmente, aunque para 2018 ya solo quedaban cuatro en funcionamiento, entre ellos “Tientienle”.
El Ejecutivo taiwanés revisó en 2011 la Ley de Mantenimiento del Orden Social para permitir a los gobiernos locales el establecimiento de “distritos de luces rojas” en los que se pudiera regular el comercio sexual, y en 2019 anuló un artículo de esa normativa al considerar que castigaba a las trabajadoras sexuales pero no a sus clientes.
Por el momento, y pese a la potestad para hacerlo desde hace más de una década, ningún gobierno local ha hecho uso de la facultad para crear un “distrito rojo”.
(milenio.com)