En todo Estados Unidos (EU), los pequeños y grandes empleadores de casi todas las industrias se hacen la misma pregunta: ¿en dónde están todos los trabajadores?
Desesperados por contratar a medida que la economía estadunidense se recupera a un ritmo histórico desde una de las peores contracciones económicas, las compañías tienen dificultades para encontrar suficientes personas cualificadas para cubrir un número récord de vacantes. Según Goldman Sachs, se enfrentan al mayor desequilibrio entre la oferta y la demanda laboral desde la Segunda Guerra Mundial. Por cada trabajador desempleado, existen 1.9 puestos vacantes.
La escasez de trabajadores es un fenómeno nacional, pero en un análisis de FT se muestra que es más grave en algunos estados e industrias que en otros, y eso varía según los diferentes segmentos de la población. Esas disparidades plantean una amenaza adicional para los banqueros centrales de EU que ya se enfrentan a una tarea terriblemente difícil: enfriar el mercado laboral “sobrecalentado” al elevar las tasas de interés, sin provocar dificultades económicas sustanciales.
“Esta variación entre estados y entre sectores es la razón por la que no creemos que la Reserva Federal (Fed) vaya a ser capaz de diseñar una menor demanda laboral sin que aumente la tasa de desempleo”, dijo Matthew Luzzetti, economista de Deutsche Bank.
Variaciones regionales
No solo la restricción del mercado laboral en EU está a un nivel récord a nivel nacional, sino que la variación de esa escasez entre estados tampoco había sido tan grande, según la investigación de la sucursal de Kansas City de la Fed. El número de puestos de trabajo por persona desempleada se encuentra entre 1.3 y 3.8, dependiendo del estado.
Los mercados laborales más restringidos están en lugares como Utah, Nebraska y Montana, donde hay más de 3.3 vacantes de trabajo por persona desempleada. En el otro extremo del espectro, en estados como Connecticut, Pensilvania y California, la relación es inferior a 1.4.
“El mercado laboral en los últimos dos años definitivamente se ha sentido mucho más restringido.… francamente como nunca antes lo habíamos experimentado”, dijo Josh England de CR England, una empresa familiar de camiones en Utah. Los economistas que se apresuran a comprender el panorama nacional todavía no llegan a un consenso sobre el motivo de tanta variación geográfica. Pero empiezan a surgir algunas tendencias.
En los lugares donde el crecimiento de los salarios semanales ha sido mayor, el mercado laboral estadunidense tiende a ser menos restringido y hay un mayor equilibrio entre las vacantes y las personas que quieren ocupar esos puestos de trabajo.
Los estados del noreste de EU, como Nueva York y Nueva Jersey, tienen mercados laborales menos restringidos y también registran algunos de los mayores aumentos salariales, por ejemplo. Eso hace que algunas personas de estas zonas sigan batallando para encontrar el trabajo adecuado.
Mientras tanto, la denominada tasa de renuncias también ha sido menor en los estados del noreste y en Washington DC. Esto contradice la tendencia nacional, en la que los trabajadores abandonan sus puestos de trabajo en un número récord en busca de mejores perspectivas en otros lugares, con 4.5 millones de personas que renunciaron tan solo en marzo.
Diferencias sectoriales y demográficas
Además de las disparidades regionales, la rigidez del mercado laboral estadunidense también varía mucho según la industria.
Los servicios de atención y cuidados, como la enfermería, se encuentran entre los sectores que más han tardado en recuperarse, según los datos oficiales. En todo el sector de atención de salud, la tasa de vacantes casi se duplicó desde 2019, mientras que la tasa de contratación es menor. En el caso del área de enfermería, en particular, solo se ha recuperado alrededor de 2 por ciento de los 412 mil puestos de trabajo perdidos desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Betsey Stevenson, de la Universidad de Michigan, dijo que la crisis de la pandemia tuvo como resultado grandes cambios sociales, con más estadunidenses que cocinan su propia comida y cuidan de los niños y las personas mayores. “Me pregunto si ha habido un cambio en las preferencias para querer un poco menos de trabajo y un poco más de ‘hacer las cosas por nosotros mismos’”, dijo.
El empleo en el sector del esparcimiento y la hospitalidad también quedó rezagado con respecto a otros sectores. En los servicios de alojamiento y alimentación, el número de vacantes se disparó 62 por ciento desde 2019, pero la contratación solo aumentó 18 por ciento. Más de 6 por ciento de los trabajadores de esta industria renunciaron tan solo en marzo, el mes más reciente del que se dispone de datos regionales y sectoriales. Eso fue más del doble del promedio nacional.
Sin embargo, independientemente de la industria, la peor inflación en más de 40 años significa que las ganancias salariales para muchos fueron absorbidas por los precios más altos. Los ingresos reales por hora, ajustados a la inflación, cayeron 2.6 por ciento en términos interanuales, según los últimos datos.
“Tenemos esta situación en la que realmente no vale la pena participar en el mercado laboral. Es caro ir al trabajo, especialmente si no ganas mucho y tienes que encontrar una guardería”, dijo Nela Richardson, economista jefe del procesador de nóminas ADP.
El cambio sísmico de los trabajadores entre los puestos de trabajo alteró drásticamente la composición de la mano de obra estadunidense. La tasa de participación laboral —el porcentaje de estadunidenses con empleo o que buscan trabajo— todavía está por debajo de su nivel anterior a la pandemia, pero se ha recuperado más rápidamente para algunos grupos que para otros.
Las mujeres con hijos pequeños fueron más propensas a abandonar sus empleos, según la Fed en Minneapolis.
A medida que la tasa de participación laboral se recupera, algunas de esas discrepancias empiezan a reducirse, pero las tasas de desempleo entre los afroamericanos e hispanos todavía es de 5.3 y 3.6 por ciento, respectivamente, lo que significa que es más altas que la tasa de 2.7 por ciento entre los estadunidenses blancos.
Tiempos más flexibles
Pocos economistas esperan que el mercado laboral siga siendo tan restringido, sobre todo si se tiene en cuenta la promesa de la Fed de subir las tasas de interés en un intento de acabar con la inflación. El alza de las tasas ya incrementó el costo de los préstamos para los hogares, y se espera que esto afecte a la demanda de viviendas y otros artículos de gran valor. Se espera que las empresas reconsideren sus planes de expansión, que habrían impulsado la contratación y los salarios.
Los funcionarios también confían en que los que aún están al margen vuelvan a la fuerza laboral, a medida que el miedo a enfermar de covid-19 disminuya y la reserva de ahorros de los hogares se reduzca.
Algunas de las tensiones provocadas por la pandemia en el mercado laboral ya empiezan a dar marcha atrás. Por ejemplo, en el último año, cerca de 1.7 millones de jubilados se reincorporaron al mercado, según el sitio web de empleos Indeed.
Esto marca una ligera reversión del fenómeno covid-19, que vio cómo millones de estadunidenses se jubilaban anticipadamente. La mayoría de los que se reincorporan al trabajo aceptan puestos de tiempo parcial. Los datos del BLS muestran que los afroamericanos e hispanos de más de 65 años tienen más probabilidades de haberlo hecho que los blancos de esa edad.
No obstante, las variaciones entre sectores y estados significan que será aún más difícil para Jay Powell, presidente de la Fed, ejecutar lo que llamó un “aterrizaje suave” para la economía, en el que una política monetaria más estricta reduce las vacantes en lugar de estimular pérdidas de empleo.
(milenio.com)