Tras el asesinato de Simón Pérez, defensor de pueblos indígenas e integrante de la organización Las Abejas de Acteal, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el obispo de San Cristóbal de las Casas condenaron el homicidio, que sucedió el lunes 5 de julio en Simojovel, Chiapas.
La CIDH exhortó al gobierno de México investigar pronta y diligentemente los acontecimientos a fin de sancionar a los responsables materiales e intelectuales, considerando como primera hipótesis la defensa de derechos humanos que Simón Pérez ejercía en su comunidad.
Simón Pérez, era defensor de derechos humanos y vivía en la comunidad Israelita, municipio de Simojovel, perteneciente a la parroquia de Santa Catarina del municipio de Pantelhó; acompañaba a las comunidades para denunciar la violencia, solicitando su cese y la búsqueda de justicia.
Espiral de violencia en Chiapas, una herida abierta
Las autoridades eclesiásticas de la diócesis de San Cristóbal de las Casas también condenaron el asesinato de Sión Pérez , quien también era catequista de la parroquia de Santa Catarina, Pantelhó.
En un comunicado, enviado a las tres órdenes de gobierno, a la Nunciatura Apostólica para México y a la Conferencia del Episcopado Mexicano, lamentaron la muerte del presidente de la organización civil de Las Abejas de Acteal, quienes han llevado una lucha pacífica en la búsqueda de la justicia.
Subrayaron que el espiral de violencia que se vive en Chiapas, sumado al dolor de los pueblos tsotsil, tzeltal, Ch’ ol, Totic y Tojolabal, son una herida abierta para la diócesis, multiplicada por los abusos, injusticia e impunidad, desplazamientos forzados, asesinatos, homicidios políticos, robo de tierras y vehículos.
“Varios habitantes del municipio de Pantelhó han denunciado que desde hace varios años vienen sufriendo las amenazas de personas de la autoridad municipal coludidas con el crimen organizado en la cabecera municipal y diferentes comunidades de Pantelhó. Así como asesinatos de personas que han quedado sin que se aplique justicia, comentaron.”
Denunciaron que después de las elecciones del 6 de junio se ha incrementado la violencia y los asesinatos en ese municipio. Alegaron que como diócesis han advertido a las autoridades de dichas situaciones y han sido portavoces de denuncias; sin embargo, dicen, “tal parece que hay intereses oscuros que generan omisión a las denuncias, se minimiza, se atiende con dádivas y programas que no responden a la situación de fondo”.
“Volvemos a ver en Chiapas la reactivación de las fuerzas que se multaron de paramilitares al crimen organizado, aliados al narco gobierno que han invadido nuestro estado para controlar la resistencia a los pueblos organizados que defienden su autonomía”, agregaron.
En la misiva firmada por el obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar, la iglesia chiapaneca, llamó a los tres niveles de gobierno a:
Que garanticen la protección y medidas de seguridad para las personas más vulnerables defensoras de sus derechos humanos y colectivos.
Dar cuenta al pueblo de los avances logrados en los casos que han quedado en la impunidad. Apelamos a la conciencia de los autores intelectuales y materiales en los que generan miedo, terror, crueldad y muerte, el arrepentimiento y cambio de sus acciones de acuerdo al plan de Dios.
Que la sangre de Simón Pedro Pérez y de todas las personas asesinadas sean semilla para la liberación de niños y niñas indígenas que sufren marginación, persecución y desplazamiento. La sangre clama paz, la sangre clama justicia pero nunca clama venganza.
Que no se repitan las masacres anunciadas como antes de la masacre de Acteal.
“Animamos a las y los creyentes de toda la diócesis, a las mujeres y hombres de buena voluntad a seguir caminando en la búsqueda del buen vivir (lekil kux lejal ta muk), que surge de la alegría del triunfo del bien sobre el mal, de la vida sobre la muerte, dando en la resurrección de Jesús de Nazaret”.
Finalizaron convocando a la solidaridad para dar seguimiento a estos acontecimientos. Asimismo, le pidieron a la Virgen de Guadalupe para que “nos acoja en su mano con su manto protector para que tengamos la paz con ajuste con la paz con justicia y dignidad”.
(milenio.com)