La Villa La Grange, situada en un extenso parque a la orilla del lago Léman en pleno corazón de Ginebra, recibirá este miércoles el acontecimiento más importante de su rica historia: la cumbre entre los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y Rusia, Vladimir Putin.
La bella edificación del siglo XVIII ha sido escenario de momentos históricos y personajes distinguidos.
En 1864 recibió, en presencia de Henry Dunant, fundador de la Cruz Roja, la gala de cierre de la primera Convención de Ginebra para proteger a los militares heridos en el campo de batalla, que marcó el nacimiento del derecho humanitario.
Más de un siglo después, en junio de 1969, el papa Pablo VI celebró una misa ante 70 mil personas en el parque, que para entonces era el único espacio de Ginebra capaz de recibir tal multitud.
“En esta hora de contrastes en la historia de la humanidad, llena de peligros pero también de esperanza, a ustedes les corresponde, de una parte, construir la justicia, y de otra parte, asegurar la paz”, expresó Pablo VI en la visita.
Un mensaje que resuena para la cumbre Biden-Putin, que se anuncia difícil entre las dos grandes potencias
Vista al parque y el lago
El parque de La Grange, el más grande de la ciudad, es un entorno perfecto para la villa, protegida en parte por grandes árboles del lado sur y con una vista abierta al parque y el lago por el norte.
Desde hace una semana, el sitio es un hormiguero de actividad. Al interior se pueden ver a los artesanos trabajando, mientras los grandes candelabros han sido limpiados y los muebles desplazados para tenerlos listos para recibir a los dos jefes de Estado y sus delegaciones.
En el exterior la seguridad es más visible, y el parque fue cercado por una barrera metálica.
A la entrada, dos leones de piedra, guardianes simbólicos de la cumbre, fueron lavados a alta presión.
El sitio fue creado en los años 1660 por el comerciante Jacques Franconis, y fue comprado por el banquero Marc Lullin en 1706, cuya familia instaló un jardín de estilo francés.
Arruinado por la revolución francesa, Jean Lullin vendió el conjunto a François Favre, quien hizo su fortuna en el comercio con Oriente.
Sueño de bibliófilo
La familia Favre transformó la casa y el parque e hizo construir la gran biblioteca en 1821, que alberga la prestigiosa colección de Guillaume Favre, con alrededor de 15 mil obras según el sitio de la Biblioteca de Ginebra, que la administra. Sus volúmenes más antiguos datan del siglo XV.
Es allí donde están desde el viernes pasado dos sillas rojas, una a cada lado de un globo terráqueo, listas para recibir a los dos presidentes.
La ciudad organiza cada primavera visitas guiadas a la villa para permitir al público conocer las salas de recepción, las habitaciones y la biblioteca.
El hijo menor de Guillaume Favre donó la villa y el parque a la ciudad de Ginebra en 1917, y posteriormente legó la biblioteca a la ciudad. En 1918 el parque fue abierto al público.
(milenio.com)