La junta militar de Birmania (Myanmar) impuso la ley marcial en varias ciudades, en respuesta a las manifestaciones que por tercer día consecutivo inundaron las calles del país para protestar contra el golpe de Estado ejecutado hace una semana.
Después de que el país quedara este lunes prácticamente paralizado por una huelga general de trabajadores y protestas masivas, los militares declararon la ley marcial en cinco localidades, en las que se impone un toque de queda nocturno, y se prohíben reuniones de más de cinco personas y discursos públicos.
La medida, que afecta a dos distritos de Rangún, la mayor ciudad y el centro económico del país, entró en vigor también en Mandalay, Monywa, Loikaw y Hpsaung, Myaungmya.
Jefe del Ejército de Birmania, general Min Aung Hlaing, habla en televisión nacional.
Poco después de conocida la medida, el jefe del Ejército de Birmania, general Min Aung Hlaing, calificó de “inevitable” el golpe de Estado. En televisión nacional, aseguró que, aunque “los anteriores comicios de 2010 y 2015 fueron justos y libres”, los de noviembre pasado “estuvieron repletos de irregularidades”. Su prueba: la alta participación registrada a pesar de la pandemia.
Junta amenaza con “acciones legales”
Antes, los militares amenazaron, a través del canal de la televisión estatal MRTV, con tomar “acciones legales” contra los manifestantes y les acusaran de dañar la estabilidad, la seguridad y el Estado de derecho en el país.
Hasta ahora, los medios estatales o próximos al Ejército habían evitado cualquier noticia sobre las movilizaciones pacíficas contra los uniformados, así que el anuncio hace temer una escalda de detenciones y la represión policial.
En la capital, Naipydó, donde miles de personas se concentraron en la zona de los ministerios, la policía utilizó cañones de agua contra los manifestantes durante al menos 30 minutos con el objetivo de disolver las protestas, algo que había evitado en días anteriores.
Las protestas han tenido lugar en distintos puntos del país, como acá, junto a la frontera con China.
Desde el golpe, al menos 163 personas han sido detenidas, dos de ellas sentenciadas a dos años de cárcel por cargos que no han sido precisados, mientras que las autoridades han puesto en libertad a 13, indica la Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos.
Francisco pide la liberación de políticos birmanos
Entretanto, incluso el papa Francisco pidió este lunes la liberación rápida de los responsables políticos detenidos en el país asiático: “El camino hacia la democracia emprendido en los últimos años se vio bruscamente interrumpido por el golpe de Estado de la semana pasada. Esto ha provocado el encarcelamiento de varios dirigentes políticos que espero que sean liberados rápidamente, como estímulo al diálogo sincero por el bien del país”, dijo el papa.
El Gobierno de Australia pidió también en esta jornada la liberación del australiano Sean Turnell, asesor de la depuesta líder birmana Aung San Suu Kyi, detenido por los militares que han tomado el poder en Birmania.
También los monjes budistas se han sumado a las protestas en Birmania.
Asimismo, el Reino Unido, la Unión Europea y otros 19 miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU pidieron una reunión urgente sobre la situación del país asiático. El pedido responde “al estado de urgencia impuesto en Birmania, la detención arbitraria de responsables políticos elegidos democráticamente y de miembros de la sociedad civil”, declaró el embajador del Reino Unido ante Naciones Unidas en Ginebra, Julian Braithwaite.
Estas protestas se han convertido en las mayores registradas desde las manifestaciones antimilitares de 2007, cuando fueron brutalmente sofocadas por los soldados. Los militares, que ya gobernaron el país con puño de hierro desde 1962 hasta 2011, tomaron el poder al alegar, sin pruebas, un fraude masivo en las elecciones de noviembre, donde la LND de Suu Kyi se impuso con el 83 % de los escaños en liza.
(dw.com)