La agencia calificadora Moody’s Investors Service advirtió que la decisión del gobierno federal de mantener la austeridad fiscal durante la pandemia del COVID-19 es negativa para la calidad crediticia de la deuda soberana del país.
En un documento, indicó que si bien se ha limitado el gasto y la deuda, y eso da valor crediticio, ha proporcionado una liquidez limitada y un apoyo a los ingresos para las empresas y los hogares, haciendo poco para contrarrestar el impacto económico de la pandemia.
Moody’s explicó que en ausencia de un apoyo gubernamental material, los niveles de ingresos y empleo se deteriorarán y las pequeñas empresas enfrentarán cierres de negocios, lo que obstaculizará la demanda interna y la capacidad de la economía para recuperarse más rápido, dejando potencialmente una cicatriz duradera en la fortaleza económica.
Destacó que la respuesta de México se destaca como una de las menos agresivas del mundo, 1.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), solamente por detrás de Uganda (0.8 por ciento del PIB), y muy lejos de los apoyos otorgados en países semejantes, como Argentina, Chile o Brasil.
La agencia calificadora señaló que la pandemia ha afectado materialmente las perspectivas de crecimiento de México a mediano plazo, pues la tendencia negativa se hizo evidente en 2019 y que persistirá más allá de 2020.
Para 2021, el crecimiento estimado es de 3.5 por ciento y estima que se mantenga en torno al 2 por ciento en 2022-2023, por debajo del promedio del 2.7 por ciento en 2010-2019.
Moody’s detalló que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de México se han debilitado como resultado de un sentimiento empresarial negativo y una inversión persistentemente débil.
Abundó que las decisiones de política económica de la nueva administración han alterado fundamentalmente la confianza empresarial y probablemente afectarán la inversión privada en los próximos años.
Especialmente, señaló la calificadora, la reversión de facto de la reforma del sector energético de la administración anterior, por ejemplo, está limitando las perspectivas de crecimiento en ese sector; además, una propuesta reciente en el Senado para modificar la ley del banco central se sumó a estos riesgos que afectan la confianza empresarial.
En este contexto, apuntó, es poco probable que México logre un proceso de profundización de capital que ayude a impulsar el crecimiento del PIB en los próximos años y se suma el continuo deterioro de la situación financiera y operativa de Pemex que afectará la solidez fiscal del gobierno federal, dada la necesidad de un apoyo sustancial y recurrente.
(milenio.com)