San Luis Río Colorado, Son.- Los migrantes que llegan de estados del sur del país más que nadie están expuestos al calor extremo que se registra en Sonora, con sus consecuencias en la salud, pero lo minimizan ante la perspectiva del sueño americano.
Además de lecturas muy elevadas en el termómetro, se encuentran los factores de humedad y el riesgo de perderse en el desierto de Sonora-Arizona, donde la falta total de sombras y agua, incrementan el riesgo.
El investigador del Colegio de Sonora, Rolando Díaz Caravantes, declaró que en verano los sonorenses están expuestos a las altas temperaturas, “sin embargo, especialmente expuestos y vulnerables, están los migrantes”.
Mencionó que en esta categoría se pueden encuadrar a dos grupos, los jornaleros agrícolas que en su mayoría proceden del sur de México y laboran en los campos sonorenses, y los connacionales en tránsito hacia la Unión Americana.
“De los migrantes que pasan por Sonora rumbo a Estados Unidos, se sabe que del 2001 al 2013 murieron en la zona fronteriza del sur de Arizona dos mil 184 personas, y de ellas tres cuartas partes perecieron por hipotermia, golpe de calor o deshidratación”, afirmó.
No obstante estos datos, en un estudio realizado en el verano de 2014 por el Centro de Estudios en Salud y Sociedad de El Colegio de Sonora, se encontró que sólo una tercera parte de los migrantes entrevistados consideraba las altas temperaturas de la región como un problema para su salud, dijo.
“Aunque estas respuestas podrían ser atribuidas a una falta de procedimiento o error probabilístico, en el estudio se concluye que esta delimitación del riesgo se debe más bien a una saturación de peligros y problemas que padecen los migrantes internacionales”, puntualizó.
Díaz Caravantes mencionó que algunas de estas personas tienen en mente las situaciones de seguridad pública existentes en sus lugares de origen, por lo que conciben a las altas temperaturas como un peligro menor o no prioritario.
“En suma, el peligro del calor extremo no ha disminuido, lamentablemente son otros peligros los que han aumentado, en particular la violencia hacia ellos y ellas en territorio mexicano”, destacó el investigador.
Pero los migrantes entrevistados en el Parque Juárez, un lugar de descanso momentáneo de esta frontera de Sonora, manifestaron otra perspectiva que también tienen sobre las altas temperaturas.
Elías Hernández Santiago, migrante originario del estado de Veracruz, planteó: “Cuando nosotros salimos de nuestra casa para irnos al otro lado, con la idea de ganar más y en dólares, ya sabemos que vamos a pasar por situaciones difíciles”.
Expuso que es parte de la aventura y de los problemas que deben enfrentar para llegar a su destino, que en su caso particular es California, donde espera trabajar en la cosecha de vegetales con unos parientes.
Mencionó que por ello se arriesgan, porque saben que si lo logran pueden tener una idea de una mejor vida para sus familias e hijos, que ellos puedan ir a la escuela y tener un mejor trabajo.
En Sonora, este año, la temperatura máxima registrada se presentó el 17 de junio pasado y fue de 46.9 grados centígrados a la sombra, durante una onda de calor extremo que se mantuvo durante varios días.
En esa fecha, el Organismo Cuenca Noroeste de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indicó en su reporte meteorológico diario que el registro más alto se presentó en la estación de El Cubil, ubicada en las inmediaciones del serrano municipio de Sahuaripa.
Asimismo, se registraron máximas de 45.6 grados a la sombra en la presa “El Novillo”; 45 en El Orégano II; 44.2 en Paso Nácori, así como 44 en Querobabi y en Tepache.
El 14 de julio, la Unidad Estatal de Protección Civil (UEPC) de Sonora reportó una sensación térmica de hasta 50.5 grados centígrados en esta ciudad, debido a la fuerte entrada de humedad -que incrementa el calor- desde el Océano Pacífico, y recomendó a la población extremar precauciones.
En un reporte, el organismo estatal precisó que a las 14:00 horas en la colonia Centenario de esta capital, el termómetro marcó 43 grados centígrados, pero la humedad ambiental elevó la percepción de calor en 7.5 grados más.
Ante ello, el enlace de la UEPC, Carlos Jesús Arias, exhortó a la población a mantenerse atenta al comportamiento del calor, cuidarse de las altas temperaturas y dar seguimiento a las recomendaciones de esa instancia y de las autoridades de la Secretaría de Salud.
Por su parte, la Patrulla Fronteriza, Sector Tucson, Arizona, informó que hasta mayo en el año fiscal 2015 había rescatado en el desierto a 293 migrantes indocumentados quienes cruzaron el límite internacional desde Sonora.
En un comunicado, la instancia detalló que el 29 de mayo pasado realizó tres rescates, de un mexicano enfermo a quien el traficante de indocumentados abandonó al este de Douglas y dos más quienes fueron localizados por patrulleros fronterizos de la estación Brian A. Terry.
Destacó que estas víctimas experimentaron de primera mano, que las organizaciones criminales de contrabando no valoran la vida humana y ponen continuamente a migrantes en situaciones peligrosas, pues no están preocupados por la seguridad de sus “clientes”.
Dijo que el tiempo es crucial para cualquier persona varada en el desierto de Arizona con temperaturas de tres dígitos (Farenheit, equivalentes a registros superiores a 38 grados centígrados).
Una de las estrategias de la Patrulla Fronteriza en el desierto de Arizona, es la instalación de torres de salvamento, donde los migrantes pueden activar una señal a la cual responderán los patrulleros fronterizos para salvarlos. Hasta agosto de 2014 se reportaban 32 de esas torres.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson con frecuencia cambian de aplicación de la ley a modo de rescate al encontrar a estas víctimas. Afortunadamente, más vidas se salvan gracias a agencias locales, estatales, tribales y federales que trabajan juntas, afirmó.
De ahí, el trabajo conjunto y continuo de diversas agencias gubernamentales de ambos lados de la frontera, para decirles a los migrantes que el peligro de las altas temperaturas es real y está presente aquí.