Con el fin de contribuir al bienestar subjetivo de la población en México, es necesario impulsar un desarrollo cultural consideró Gonzalo Soltero, académico de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) unidad de León de la UNAM.
“Esto no significa que no haya problemas serios, pero a veces están sobreconstruidos y acaparan demasiada atención en detrimento de otras áreas”.
Refirió que hasta la década de los 80 el desarrollo se entendía casi como sinónimo de crecimiento económico o aumento del producto interno bruto (PIB) de una nación. Luego, la ONU creó el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, así como el Índice de Desarrollo Humano, que no sólo mide el indicador económico, sino la educación y la salud.
Posteriormente, en el bienestar subjetivo se consideraron también factores internos, que se dividen generalmente en felicidad y satisfacción de vida.
Al hablar de su trabajo “Historias de conflicto y felicidad para el desarrollo. El papel de la narratividad en la construcción cultural de problemas sociales y del bienestar subjetivo”, el académico expuso que diversas investigaciones mostraron una paradoja.
Ésta consiste en que los países con mejores índices de desarrollo humano como los escandinavos, junto con Canadá y a en ocasiones Australia, tenían una tasa de suicidio muy alta.
En cuanto a las naciones latinoamericanas, como grupo, se ubican siempre con un nivel de satisfacción de vida o felicidad alto, aunque presenten bajos otros índices de bienestar.
Ante ello, surge la aseveración de que si esa felicidad no se debe a factores materiales, tiene que ser necesariamente resultado de elementos culturales. En México, por ejemplo, la familia cobra especial importancia.
Sin embargo, en los últimos 20 años, y sobre todo en la última década, las historias que son una constante en los medios de comunicación se refieren a inseguridad y violencia; lo que ha hecho que se conviertan en un problema nacional, según nuestras propias preocupaciones y para las políticas públicas, enfatizó.
“Tenerlo como fijación hace que se convierta en una situación más grave”, dejó claro.
Para revertir esto, indicó que se debe dar cabida a otros temas relevantes, como la obesidad y la diabetes, y hacer notar el fácil acceso que tienen los niños a la comida chatarra, o la posibilidad de amputaciones debido a esa enfermedad.