Ante la coyuntura de menores ingresos petroleros, el sector público tiene que volverse más productivo y “apretarse el cinturón”, para lo cual el presupuesto base cero es una gran oportunidad, enfatizó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
En la sesión de apertura de la Cumbre Internacional de Productividad: Un diálogo global sobre el futuro de la productividad, el funcionario afirmó que el sector público tiene la obligación y el imperativo de volverse más productivo.
Aseguró que no basta con impulsar mayor productividad en las empresas y de los trabajadores, pues el sector público tiene que hacer su parte y tiene una gran oportunidad con el trabajo que hace para elaborar el Presupuesto de Egresos de 2016 con una metodología base cero.
“Ante la coyuntura de menores ingresos petroleros, el Presidente de la República ha sido muy claro: le toca al gobierno federal apretarse el cinturón, no vamos financiar los menores ingresos ni aumentado los impuestos, ni creando nuevos impuestos y mucho menos incrementando el endeudamiento público”, subrayó.
Acompañado por el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría Treviño, y del primer secretario general Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, Videgaray Caso reiteró que el presupuesto base cero es una gran oportunidad para tener un gasto público más eficiente, más eficaz, es decir, más productivo.
Así, agregó, el trabajo con la metodología de presupuesto base cero es de productividad y debe contribuir a México retome como prioridad “esto que no sale en las noticias todos los días, que es la productividad”,
Resaltó que la productividad es el más importante determinante del futuro económico del país y, sobre todo, del bienestar de las familias mexicanas en todas las regiones del país y en todos los sectores de la economía.
El secretario de Hacienda subrayó que la productividad es un tema prioritario para la agenda del país, aunque a veces es complicado conciliar desde la política pública lo importante y lo urgente.
Afirmó que la productividad es uno de los pocos temas importantes para una economía, pero en la acción de un gobierno, la coyuntura, lo urgente e inminente nos roba la atención de la opinión pública y rara vez se ve a este tema ocupando las primeras planas de los periódicos.
Sin embargo, sostuvo, la productividad es la agenda más importante y determinante del bienestar de una nación, pero “ahí hay que reconocer que en México tenemos una asignatura pendiente”,
Refirió que de 1983 a 2013, México tuvo una tasa de crecimiento económico de apenas 2.4 por ciento, ligeramente por debajo de promedio de países de OCDE, más baja que Brasil (3.1 por ciento), Chile (5.1 por ciento) y China (10.3 por ciento) en el mismo periodo.
“En México, como una nación emergente, no hemos tenido durante un periodo muy largo de tiempo, 30 años, tasas de crecimiento de un país emergente”, si bien en ese periodo han sucedido en el país muchas cosas en lo político, económico y externo.
No obstante, añadió, la constante sigue siendo que México crece por debajo de su potencial y la productividad es la explicación de fondo de por qué crece menos que otros países emergentes.
Informó que de 1990 a 2014, la productividad total de los factores en México, no creció, al contrario, cayó 7.6 por ciento, cifra que debería ser la más importante, comentada y pensada por quienes hacen política económica, el sector privado y la opinión pública, pero es de las que menos se habla.
Por eso, la administración del presidente Enrique Peña Nieto ha hecho de la productividad uno de sus ejes principales de acción, y por ello creó una unidad especial de productividad, a fin de generar políticas públicas transversales en todo el gobierno para fomentarla.
Señaló que en materia de productividad hay una paradoja, pues aunque hay regiones y sectores con altos crecimientos, las cifras agregadas de la productividad muestran que ésta cae año con año.
“Lo que está de fondo es una gran inequidad, una gran desigualdad en la distribución de la productividad”, sostuvo al considerar que el impulso a la productividad tiene que ser más incluyente, y por eso, desde el inicio de su mandato, el presidente Peña Nieto ha denominado a este esfuerzo “la democratización de la productividad”.
Esto significa, explicó Videgaray, que se deben fomentar políticas públicas y esfuerzos con diversos sectores, para hacer que la productividad esté en todo el país y en todas las industrias.
Por ello, los cuatro ejes de las políticas de democratización de la productividad son: las reformas estructurales, adoptar una política industrial moderna y proactiva, la creación de infraestructura, la cual continuará pese a la coyuntura presupuestal, y que el sector público se vuelva más productivo.