Londres.- Amnistía Internacional (AI) denunció hoy el encarcelamiento arbitrario de los jóvenes que lideraron la revolución egipcia de 2011 y condenó el asesinato del fiscal general, Hisham Barakat, en un atentado cometido la víspera en El Cairo.
En su informe titulado “Generación prisión: los jóvenes egipcios van de las protestas a la cárcel”, AI destacó que la detención de jóvenes activistas es un flagrante intento de aplastar el espíritu de aquella revuelta y de cortar de raíz cualquier amenaza futura al régimen egipcio.
“Dos años después del derrocamiento del presidente Mohamed Mursi, las protestas masivas han sido sustituidas por detenciones masivas, aplastando la esperanza de toda una generación respecto a un futuro mejor”, dijo Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de AI.
El informe de AI, publicado en su página web, documenta los casos de 14 jóvenes que forman parte de los miles que han sido detenidos arbitrariamente, juzgados y encarcelados en los últimos dos años en relación con las protestas.
“Tras el levantamiento de 2011, los jóvenes egipcios fueron alabados como un rayo de esperanza tanto por los dirigentes militares del país como por sus socios internacionales”, indicó.
Indicó que su idealismo y su compromiso con las demandas de la revolución demostraron ser una fuerza motora para el cambio, sin embargo, ahora, muchos de esos activistas permanecen tras las rejas, lo que muestra que el Estado ha vuelto por completo a ser un Estado policial.
AI destacó que todos han sido condenados con base en la ley de protestas, aprobada en noviembre de 2013, que criminaliza cualquier manifestación sin autorización previa y permite a los efectivos de seguridad utilizar la fuerza contra manifestantes pacíficos.
La represión contra los jóvenes activistas comenzó con las detenciones de miembros y seguidores de los Hermanos Musulmanes, tras el derrocamiento de Mursi el 3 de julio de 2013.
En su informe, AI también ilustra varios casos de jóvenes islamistas que han sido víctimas de esta represión, incluidos los hijos de dirigentes de la Hermandad y estudiantes o activistas que tomaron parte en las protestas que siguieron al golpe de Estado contra Mursi.
Asimismo, AI aprovechó el reporte para denunciar el asesinato del fiscal general, Hisham Barakat, en un atentado con coche bomba contra su convoy, que circulaba por el exclusivo barrio de Heliópolis, en el sur de El Cairo.
Para la organización, se trata de un “acto despreciable, cobarde y a sangre fría. Para que el estado de derecho prevalezca en Egipto, los jueces y fiscales deben poder hacer su trabajo libres de toda amenaza de violencia”, agregó.
AI exhortó a las autoridades egipcias a no responder al ataque con mayor represión dirigida contra los manifestantes pacíficos.