Roma.- La fiscalía de la ciudad italiana de Nápoles solicitó hoy una condena de cinco años de cárcel para el ex primer ministro, Silvio Berlusconi, acusado de corrupción por haber sobornado a un senador con tres millones de euros.
El pedido fue hecho por el fiscal adjunto de Nápoles, Vincenzo Piscitelli, al término de una requisitoria de cinco horas pronunciada al lado de sus colegas Alessandro Milita, Henry John Woodcock y Fabrizio Vanorio.
Los fiscales también solicitaron una condena de cuatro años y cuatro meses de cárcel para el exdirector del diario L’Avanti, Valter Lavitola, que habría fungido como mediador y que en otro proceso fue sentenciado por sobornar a varios políticos panameños.
El pedido contra Berlusconi tiene que ver con las acusaciones de haber sobornado en 2007 al exsenador Sergio De Gregorio, para que quitara su apoyo parlamentario al gobierno de centroizquierda entonces encabezado por Romano Prodi.
El propio exsenador, que abandonó las filas del partido Italia de los Valores y se pasó a Forza Italia (el partido de Berlusconi), reconoció ante los magistrados que fue sobornado por Berlusconi con la mediación de Lavitola.
Ahora se espera que el próximo 7 de julio los abogados del exprimer ministro pronuncien sus arengas defensivas, mientras que la sentencia está prevista para el día siguiente.
Tras conocerse el pedido de los fiscales napolitanos, Berlusconi dijo en una nota que se trataba de una solicitud “en conflicto con la realidad y con todas las pruebas procesales” y “en línea con los peores procesos políticos.
“Confío en que el Tribunal restablezca rápidamente la verdad de los hechos y pronuncie una sentencia totalmente absolutoria”, añadió.
Sus abogados Franco Coppi, Michele Carabona, Bruno Larosa y Niccoló Ghedini dijeron en otra nota que “todos los testigos y todas las pruebas documentales han demostrado la total inconsistencia de la tesis acusatoria”.
Pero de acuerdo con los fiscales, durante el último gobierno de Prodi (2006-2008), Berlusconi invirtió millones de euros para comprar a senadores de centroizquierda y hacer caer al jefe del gobierno italiano, que se sostenía con una exigua mayoría parlamentaria.
De Gregorio, que atravesaba problemas económicos, aceptó, mientras otros rechazaron la oferta, como Giuseppe Caforio, que denunció que le fueron ofrecidos cinco millones de euros.
“El objetivo de Berlusconi era hacer caer al gobierno de Prodi y el modo para lograrlo no le interesaba”, dijo Piscitelli.
“Estoy convencido de que también otros aceptaron como De Gregorio, pero no pudimos comprobarlo. Se trataba de una operación destinada a subvertir el orden democrático, una página oscura de la política italiana”, concluyó.