El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, afirmó que este organismo se encuentra en el momento oportuno para elevar la prioridad de la transformación administrativa.
“Necesitamos una modernización de excelencia que contribuya a la eficiencia del INE y que fortalezca el nuevo modelo de la democracia mexicana”, anotó durante la sesión ordinaria en la que se aprobó la Comisión Temporal de Administración Presupuestal.
El gran desafío que tiene el INE es que a la par de la eficacia que nos permite cotidianamente, permanentemente realizar y llevar a cabo la encomienda electoral, vaya aparejada de una eficiencia en la gestión interna, comentó.
Córdova Vianello dijo que para ello el compromiso es revisar exhaustiva y meticulosamente, el presupuesto que ejerce el instituto.
Destacó la necesidad de hacer un análisis profundo y claro de las áreas de oportunidad que se generan en cada uno de los procesos que lleva a cabo el INE, a fin de cumplir con las funciones que le son encomendadas por la Constitución y las leyes.
No obstante, reconoció que las sucesivas reformas electorales han mejorado la equidad de las contiendas y, al mismo tiempo, han sometido al organismo a un proceso de reinvención que ha obstaculizado el diseño e instrumentación de un plan de reinvención administrativa de mediano y largo plazo.
El consejero presidente del INE comentó que “la prueba del ácido” es la reforma electoral 2014, en el marco de la jornada comicial que se acerca a su fase final y que “puede, en términos generales, decirse superada”.
Para Lorenzo Córdova hay muchos puntos en los que hay que abreviar y precisar de cara a futuras experiencias electorales; “pareciera que están dadas las condiciones para la consolidación del Sistema Nacional de Elecciones”, resaltó.
En este marco, destacó que la importancia de la Comisión Temporal de Modernización Administrativa es considerar que el naciente INE brinda la oportunidad de concebir un nuevo plan estratégico institucional “con miras a ver mucho más lejos, con miras a ver a los próximos nueve años de vida de esta institución”.
“De no darse una reforma electoral de gran calado, tendremos dos años no sólo para consolidar los procedimientos propios de la organización electoral, sino para invertir el tiempo y la dedicación necesaria, para transformar prácticas administrativas del Instituto Nacional Electoral, elevar la eficiencia y modelar una nueva autoridad electoral más cercana a la expectativa de la sociedad mexicana”, refirió.