Roma.- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, advirtió que si su país fracasa en alcanzar un acuerdo con sus acreedores de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), esto llevará al fin de la eurozona.
En una entrevista con el diario Corriere della Sera, publicada este martes, Tsipras hizo referencia las negociaciones con sus acreedores, que siguen en marcha, sobre el futuro económico de Grecia y de Europa, así como los motivos por los que rechaza nuevas medidas de austeridad.
El jefe de gobierno griego, quien prevé presentar mañana miércoles a la canciller federal alemana Angela Merkel y al presidente francés Francois Hollande una nueva propuesta de acuerdo, dijo que si Grecia cae, el resto de los países de la zona euro también caerán.
“No quiero meter miedo o amenazar con el riesgo que supondría para Europa la salida de Grecia del euro, pero considero evidente que supondría el colapso… Si Grecia entra en bancarrota, los mercados irán a buscar al próximo. Sería el principio del fin de la eurozona”, subrayó.
Tsipras indicó que si los líderes políticos europeos no pueden gestionar un problema como el de Grecia, que representa sólo el 2.0 por ciento su economía, ¿cuál será la reacción de los mercados para países que afrontan problemas más grandes, como España o Italia?”, se preguntó.
El primer ministro griego insistió en que de fracasar las negociaciones entre Grecia y sus acreedores internacionales para alcanzar un acuerdo sobre su deuda, el costo para los contribuyentes europeos sería “enorme”, es algo que “no conviene a nadie”.
“Si Grecia obtiene algo bueno de estas negociaciones, por ejemplo menor austeridad, el camino se abrirá para todos (…) especialmente los países del sur deberían apoyar la posición griega en pro de su propio interés”, indicó el jefe de gobierno griego al Corriere della Sera.
Respecto a la propuesta que presentará a Merkel y Hollande, Tsipras adelantó que se contempla un calendario preciso para el acuerdo definitivo con la llamada Troika europea, integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.
“En el debate de mañana evaluarán los progresos realizados hasta ahora. Vamos a establecer un calendario preciso para el acuerdo. Hemos presentado un texto completo, incluyendo un terreno común identificado durante las negociaciones técnicas” con la troika, indicó.
“Estaremos trabajando para cerrar la brecha en las finanzas del Estado, presentar propuestas alternativas donde las exigencias son irracionales e inaceptables”, añadió el primer ministro de Grecia, quien asumió su cargo hace cuatro meses.
“Esto tendrá sentido si las instituciones están dispuestas a encontrar soluciones serias para la sostenibilidad de la deuda. Queremos terminar de una vez por todas este debate horrendo, que ha frenado durante años la estabilidad económica en Europa. No reciclar el problema cada seis meses”, puntualizó.
Sobre las medidas acordadas con los acreedores, Tsipras comentó que se está muy cerca de un convenio sobre el superávit primario para los próximos años.
“Todo lo que requiere es una actitud positiva a las propuestas alternativas a los recortes de pensiones y la imposición de medidas recesivas. Nuestro objetivo son medidas que contienen un elemento de redistribución y justicia social”, destacó.
Tsipras subrayó que la cuestión clave es que todo el peso de la crisis ha caído sobre los hombros de los pobres y la clase media, por lo que expresó su rechazo total a la aplicación de medidas de austeridad adicionales.
“La austeridad se ha aplicado con una brutalidad nunca antes vista y ha traído consigo desastrosas consecuencias económicas y sociales (…) La crisis humanitaria de las personas sin hogar y los que viven en los márgenes de la sociedad ha crecido día a día”, señaló.
Tsipras reiteró que Europa debe reconocer que la austeridad ha fracasado y que es “inconcebible” que las instituciones pidan más medidas de austeridad a Grecia, como un recorte adicional de las pensiones.
“Europa y las instituciones deben reconocer que la austeridad ha fracasado. No es una decisión fácil, tenemos que pensar en el costo económico de una crisis perpetua o, peor aún, en el costo histórico de un fracaso”, afirmó el primer ministro.