Buenos Aires.- La percepción del incremento del narcotráfico y las adicciones en Argentina aumentó por lo menos en 50 por ciento en los últimos cuatro años, lo que demuestra la creciente penetración de este problema, reveló un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA).
La investigación académica, titulada “Aumento del tráfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones en riesgo”, se sumó al permanente debate sobre la verdadera dimensión que tiene este fenómeno en el país sudamericano.
El documento de 26 páginas, además, cobra especial relevancia porque fue publicado por la UCA en medio de los cuestionamientos que la Iglesia católica argentina realiza a las autoridades por su inacción para enfrentar el narcotráfico y prevenir las adicciones.
Según los resultados de una encuesta nacional publicada en el informe, la venta de drogas en el país creció en 50 por ciento entre 2010 y 2014, por lo que ya afecta a casi la mitad de los hogares urbanos, especialmente a aquellos de los barrios más vulnerables.
“El 45 por ciento de los hogares urbanos de Argentina dijo que había percibido el año pasado venta de drogas en su barrio, frente a 30 por ciento de hogares que en 2010 había dicho que le constaban este tipo de actividades”, agregó.
El sondeo se realizó en 28 mil hogares de zonas urbanas y reflejó que en los barrios más ricos la percepción de drogas aumentó en 30 por ciento, pero en los barrios de clase baja, fue de entre 50 y 60 por ciento.
Las cifras más alarmantes son las de las llamadas villas de emergencia, que son los asentamientos más pobres que rodean a las ciudades, y en donde 84 por ciento de las familias reportó que existe venta y consumo de drogas.
Agustín Salvia, coordinador del informe, aseguró que 3.6 por ciento de las familias de las regiones urbanas de Argentina, equivalentes a un millón y medio de personas, padece “desborde y casi una plaga” en materia de adicciones, ya que el consumo de uno solo de sus miembros afecta a todo el entorno.
El principal problema es generado por las drogas legales, ya que el consumo de alcohol afecta a 2.7 por ciento de las familias, mientras que las ilegales mariguana, cocaína o drogas de diseño impactan en 1.9 por ciento de los hogares.
Entre sus conclusiones, el documento advirtió que la lucha contra el narcotráfico no puede fundarse en una acción represiva sobre las víctimas ni sobre los eslabones más precarios de la cadena.
Agregó que los esfuerzos deben centrarse en erradicar las organizaciones delictivas, y los circuitos económicos y políticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales.