Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco instó a los corruptos y criminales a cambiar de vida “por su bien”, a abandonar la “terrible trampa” del dinero y a ser conscientes de que los bienes “ensangrentados” no otorgan la inmortalidad.
Estos son algunos de los pasajes de la bula “Misericordiae vultus” (El rostro de la misericordia), un largo documento que explica los objetivos del próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado por Francisco y que iniciará el 8 de diciembre próximo.
“Pienso en modo particular en los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador”, indicó.
“No caigáis en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad. Es sólo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero no nos da la verdadera felicidad”, agregó.
Aseguró que la violencia usada para amasar fortunas que “escurren sangre” no convierte a nadie en poderoso ni inmortal, porque para todos, tarde o temprano, llega el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar.
A los promotores y cómplices de la “llaga putrefacta” de la corrupción, les aseguró que ese “grave pecado grita al cielo” e impide mirar el futuro con esperanza porque, con su prepotencia y avidez, destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres.
Sostuvo que la corrupción es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse, luego, en escándalos públicos pero en realidad es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder.
“¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! (…) El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia”, apuntó.
El Jubileo Extraordinario de la Misericordia es, quizás, el acontecimiento más importante del pontificado de Francisco y será el evento mediante el cual el Papa marcará el rumbo de la Iglesia Católica en los próximos años.
En la bula, Jorge Mario Bergoglio sostuvo que la misericordia divina “no es una idea abstracta, sino una realidad concreta”, que siempre será más grande que cualquier pecado y que ninguno puede poner límite al amor de Dios que perdona.
Precisó que el 8 de diciembre próximo, él abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, un portón que se encuentra normalmente amurado y que sólo es abierto en cada Jubileo. Los fieles que durante el Año Santo lo atraviesen obtendrán beneficios espirituales.
Agregó que hasta el 20 de noviembre de 2016, fecha en que concluye el Jubileo, en cada catedral del mundo también se abrirá una “Puerta Santa”. Además ponderó que en este tiempo, el perdón debe ser fundamental para los cristianos.
“¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”, reconoció.