Ginebra.- El 95 por ciento de las personas que viven en el campamento de refugiados palestinos en Yarmouk, Siria, están bajo el control del Estado Islámico (EI) y se teme lo peor, alertó la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (UNRWA).
Las fuerzas armadas yihadistas del EI “controlan más de la mitad del campamento (…) y 95 por ciento de la población está en control de estos grupos”, afirmó el portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados Palestinos (UNRWA), Christopher Gunness.
“Básicamente toda la gente se encuentra en territorio que está bajo el control de ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria)”, sostuvo Gunness.
De las 18 mil personas que se teme se encuentran atrapadas en Yarmouk, la mayoría de ellos palestinos, se encuentran unos tres mil 500 niños, dijo Gunness a la prensa en Ginebra en enlace telefónico desde Jerusalén .
Ni las fuerzas del gobierno, ni los yihadistas dejan salir a los que desean abandonar el campamento, quienes están en su derecho de desplazarse conforme a la ley humanitaria, deploró.
La población de este campamento fundado desde los años 1950, ha sido terriblemente castigada durante el asedio de las fuerzas lideradas por el presidente sirio Bashar al Assad.
Contra el EI luchan milicianos palestinos contrarios al gobierno de Bashar al Asad y algunos combatientes del Ejército de Siria Libre, que antes se enfrentaban en el sitio a las tropas de Bashar al Asad.
No han podido recibir suficiente ayuda alimentaria, prevalecen problemas de desnutrición aguda y ya se han registrado unas 200 muertes por inanición, además se han recortado servicios de agua y de electricidad.
Sumado a ello la población sufre ahora la incursión del EI y el terror que imponen a los que se oponen a sus ideas radicales enarbolando su propio concepto de la Ley Islámica.
“Estamos frente a una masacre potencial”, advirtió Gunness haciendo eco a las declaraciones hechas la víspera por el secretario general de la ONU Ban Ki moon.
Las personas que se encuentran atrapadas en Yarmouk son “rehenes del infierno” y una solución es urgente si se quiere evitar que se convierta “en un campo de la muerte”, lamentó.